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| Brigada de Salvamento, Foto de su propio archivo |
Precisamente hoy, 4 de diciembre de 2025, festividad de la patrona de los mineros, escribo en este medio e imploro a la Santa -tiene bemoles un agnóstico como yo- para que interceda, allá en el SEPI o las Instituciones Europeas, por el mantenimiento de la Brigada de Salvamento Minero, ante el inmovilismo de la empresa HUNOSA.
Algunos, que aplauden a los que “corren pa la grada” dirán “¿Qué falta fay, sí ya nun hay minerus?”. Pues a éstos hay que decirles que la Brigada es uno de los pocos esquejes propios del acervo cultural de una sociedad minera y campesina que, desde su fundación en 1912 y emplazada en su centro de Operaciones del “Pozu Fondón” nos vio nacer a todos y morir a nuestros mayores. Aquel cuerpo cuya razón era "no abandonar un rescate hasta que no saliera el último de los mineros, vivo o muerto".
A unos y otros, los que corren y aplauden, decirles que la etnografía, más allá de la economía reconoce su valor, precisamente en una época en la que, los que “corren pa la grada”, se afanan en reavivar proyectos culturales, relacionados con los BIC, Bienes de Interés Cultural, no bolígrafos, como ellos entienden porque no llegan a más y porque, como bustos parlantes, solo saben repetir -no reflexionan- lo que sus señores, en “Madrí” o en Bruselas les dictan. Esos que son la versión 3.0 de aquellos otros que gritaban que “nun se va cerrar un pozu… Por encima del mi cadáver…” Y luego, ya visteis; por eso, como decía mi güela Oliva; “una palabra fuera de la boca y una piedra fuera de la mano…”
Porque claro, ya “no son viables” enjuiciará la altiva gestión pública del ente; y una joya, como una olla. Las tradiciones, se mantienen por “cojones” y porque se pueden utilizar como recurso memorialista para actividades culturales, pese a que los que cambiaron la camiseta de felpa por corbata y abrazaron el “globalismo” neoliberal digan lo contrario. Pedidles que os expliquen porque no luchan por ella; os respoderan, con gesto prepotente -ya los imagino-; “no es rentable, ni económicamente viable, ni tiene futuro”; y una “joya”, otra vez.
Por cierto, no os resuena a especie de “deja vù”, similar al que nos arrodilló para entrar en la por entonces CEE y obligó a cerrar minas, arrancar viñedos, olivos, sacrificar vacas, destruir barcos de pesca, desmantelar siderurgia…
Ahora llamadme conspiranoico, en el mundo del “chat control 2.0”; porque claro, los que “corren pa la grada” y los que aplauden a rabiar saben que no pueden decir que pertenezco a la máquina del fango ni que soy de extrema derecha; solo faltaría.
Un abrazu, brigadistas, de un antropólogo de L’Entregu que ye profe de Economía en Llaviana.
Heri Gutiérrez García.
(Economista y Antropólogo).
