Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

jueves, 13 de junio de 2013

La tierra sin Rey

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Una de las secuencias culminantes de la película Excalibur, plasma como el rey Arturo descubre en plena faena a su amigo más fiel, Lancelot, con su amada Ginebra. Como un zombi, se aleja, después de que en un ataque de locura clave el desnudo acero de la espada entre sus cuerpos aletargados después del frenesí. En esas, al ver la silueta del rey alejarse entre la neblina, olvidando a su fiel Escálibur, nuevamente olvidada el una roca, una voz grita desgarrada, antojándose quejosa, en la espesura del bosque, las siguientes frases El mundo sin alma...Una espada sin dueño...La tierra sin rey...
En las últimas fechas, este clamor retumba una y otra vez en mi cabeza estrellándose contra sus sienes; y no porque, como en el caso del labriego que gritaba en la “peli”, me pueda preocupar la salud de Juan Carlos I más de la de cualquier otro español en general. De hecho, me duele infinitamente más que haya personas padeciendo en la calle o arrojándose por los balcones para evitar quedarse en ella, como supongo que a cualquier bien nacido le tendría que joder el sufrimiento de sus semejantes.
Desgraciadamente el Sistema hace que los individuos nos hagamos egoístas y pensemos solo en nosotros mismos, sin correr mucho más allá de la solidaridad o altruismo genético y familiar. Tal como Esopo fabula en El león y los cuatro bueyes, donde el felino consiguió enemistar a las bestias para que debilitaran su cohesión grupal y así, ir comiéndolos a uno. Alguno de los amigos del gym me dirá, después de esta serie de frases sin sentido, que sigo igual de “pasau” que en la pubertad. Pero bueno, de algo hay que gozar, que no morir.
¿A dónde quiero llegar? ¡me diréis...! Pues a debilitar el poder del león que nos desune y fortalecer una idea, aunque sea de manera egoísta, que va más allá del malmetido supuesto de que cuándo las barbas de tu vecino veas pelar...Orate y bobo me diréis, quizás con razón, por querer ir contar el Sistema. Pero bueno, no olvidéis que también hay miles de “quijotes” por las calles a los que les importa algo más profundo que la mera “fondura” de su bolsillo. Aquellos que se solidarizan con los que quedan varados en el inframundo, desahuciados socialmente que es como terminan los que los son primero defenestrados laboral y territorialmente. Todos los que echan un pulso a gobiernos mundiales, cabrones corruptos al servicio de un capital internacional, muy por encima de los nombres y apellidos de la encuesta Furbes, de la que tod@s los que somos menos solidarios queremos formar parte. Que se estrellan contra aquel modelo económico que se encuentra imbricado y encamado con las industrias petrolera y farmacéutica, amén de otras más oscuras que me niego a mentar, que sodomizan hasta la extenuación al ser humano y buscan que después de esta laceración prolongada que perdamos nuestra identidad social y que nos abandonemos al incierto futuro en un mundo sin Escalibur.
No os huele mal, por no ser definitivamente más soez, el que solo nos “movamos” - si a salir a la calle y pernoctar en tiendas de campaña se le puede llamar movilizarse - cuando tocan nuestros ahorros. “¿Donde estabas tú en los malos tiempos...?”, que cantaba Rafa Sánchez, de “La Unión” en los verdes noventa...Y con tanto escondernos damos un mal ejemplo de solidaridad a los que vienen detrás. ¿Alguno piensa en que “piensan” los jóvenes”...? ¿Somos un buen ejemplo de liderazgo solidario...? Todavía habrá algún “sobrau” que diga que si. Allá él y su conciencia...¡Pa mi que pinten bastos...!
Lo triste es que ante la política económica antisocial que disfrutamos, los incautos – que somos todos – no las vemos venir y solo echamos balones fuera, como un mal central de un equipo de Preferente, cuando las tenemos cerca. Y así no hay forma de esbozar ni siquiera un borrador para un proyecto de futuro. La Sociedad se desmorona, como un castillo de naipes en la intemperie; los “ricos”, o los que así se tienen, se relamen con las desdichas de los que no llegan fin de mes; las mentiras, por montera...el vademecun, la sinrazón...El mundo, por montera...Una orgía de desvergüenza, sangre y corrupción que pronto tendrá que pasarnos cuentas.... Mientras “Tú tira, chaval,que libres...” por lo menos hasta que nos rompamos los cuernos todos contra el muro de nuestra incompetencia personal. Porque la prepotencia de los que llegan arriba, y nos dirigen, es en muchos casos, directamente proporcional al grado de incompetencia que se les supone. Tan sumamente prepotentes que nos hacen tragar con ruedas de “molín” porque como no somos tan listos y formados como ellos, no entendemos que todo es por nuestro bien, jolín.
Y para ayudarnos, para eso y mucho más, se destruye el Estado de Bienestar, se reducen fondos para servicios sociales, educación y sanidad...¿Qué es lo siguiente...? Bueno, lo siguiente al sablazo a las pensiones que toca, oiga, para el niño y la niña – ya lo veréis -...¿El reciclaje de la sociedad eliminando a los ancianos, dependientes...?, como en la Balada del Narayama, película de Shohei Imamura, que además de la Palma de Oro de 1983 dejo a la vista, retratando las costumbre familiares, sociales y económicas del Japón Feudal, anterior a la Restauración Meiji, las miserias del mundo actual en que vivimos. Bueno; ¿qué más nos da, de momento, verdad?. Recordad aquel España 6 – Chipre 0, en nuestra infancia, pocos años antes del España 12 – Malta 1. Carpe diem, amigos.



Heri Gutiérrez García.
 
Kesalan carga con Orin, su madre, rumbo al Narayama