Una de
las secuencias culminantes de la película Excalibur, plasma como el
rey Arturo descubre en plena faena a su amigo más fiel, Lancelot,
con su amada Ginebra. Como un zombi, se aleja, después de que en un
ataque de locura clave el desnudo acero de la espada entre sus
cuerpos aletargados después del frenesí. En esas, al ver la silueta
del rey alejarse entre la neblina, olvidando a su fiel Escálibur,
nuevamente olvidada el una roca, una voz grita desgarrada,
antojándose quejosa, en la espesura del bosque, las siguientes
frases “El mundo sin
alma...Una espada sin
dueño...La tierra sin
rey...”
En
las últimas fechas, este clamor retumba una y otra vez en mi cabeza
estrellándose contra sus sienes; y no porque, como en el caso del
labriego que gritaba en la “peli”, me pueda preocupar la salud de
Juan Carlos I más de la de cualquier otro español en general. De
hecho, me duele infinitamente más que haya personas padeciendo en la
calle o arrojándose por los balcones para evitar quedarse en ella,
como supongo que a cualquier bien nacido le tendría que joder el
sufrimiento de sus semejantes.
Desgraciadamente
el Sistema hace que los individuos nos hagamos egoístas y pensemos
solo en nosotros mismos, sin correr mucho más allá de la
solidaridad o altruismo genético y familiar. Tal como Esopo fabula
en “El león y los
cuatro bueyes”, donde
el
felino consiguió
enemistar a las bestias para que debilitaran su cohesión grupal y
así, ir comiéndolos a uno. Alguno de los amigos del gym me dirá,
después de esta serie de frases sin sentido, que sigo igual de
“pasau” que en la pubertad. Pero bueno, de algo hay que gozar,
que no morir.
¿A
dónde quiero llegar? ¡me diréis...! Pues a debilitar el poder del
león que nos desune y fortalecer una idea, aunque sea de manera
egoísta, que va más allá del malmetido supuesto de que cuándo las
barbas de tu vecino veas pelar...Orate y bobo me diréis, quizás con
razón, por querer ir contar el Sistema. Pero bueno, no olvidéis que
también hay miles de “quijotes” por las calles a los que les
importa algo más profundo que la mera “fondura” de su bolsillo.
Aquellos que se solidarizan con los que quedan varados en el
inframundo, desahuciados socialmente que es como terminan los que los
son primero defenestrados laboral y territorialmente. Todos los que
echan un pulso a gobiernos mundiales, cabrones corruptos al servicio
de un capital internacional, muy por encima de los nombres y
apellidos de la encuesta Furbes, de la que tod@s los que somos menos
solidarios queremos formar parte. Que se estrellan contra aquel
modelo económico que se encuentra imbricado y encamado con las
industrias petrolera y farmacéutica, amén de otras más oscuras que
me niego a mentar, que sodomizan hasta la extenuación al ser humano
y buscan que después de esta laceración prolongada que perdamos
nuestra identidad social y que nos abandonemos al incierto futuro en
un mundo sin Escalibur.
No os
huele mal, por no ser definitivamente más soez, el que solo nos
“movamos” - si a salir a la calle y pernoctar en tiendas de
campaña se le puede llamar movilizarse - cuando tocan nuestros
ahorros. “¿Donde estabas tú en los malos tiempos...?”,
que cantaba Rafa Sánchez, de “La Unión” en los verdes
noventa...Y con tanto escondernos damos un mal ejemplo de solidaridad
a los que vienen detrás. ¿Alguno piensa en que “piensan” los
jóvenes”...? ¿Somos un buen ejemplo de liderazgo solidario...?
Todavía habrá algún “sobrau” que diga que si. Allá él y su
conciencia...¡Pa mi que pinten bastos...!
Lo
triste es que ante la política económica antisocial que
disfrutamos, los incautos – que somos todos – no las vemos venir
y solo echamos balones fuera, como un mal central de un equipo de
Preferente, cuando las tenemos cerca. Y así no hay forma de esbozar
ni siquiera un borrador para un proyecto de futuro. La Sociedad se
desmorona, como un castillo de naipes en la intemperie; los “ricos”,
o los que así se tienen, se relamen con las desdichas de los que no
llegan fin de mes; las mentiras, por montera...el vademecun, la
sinrazón...El mundo, por montera...Una orgía de desvergüenza,
sangre y corrupción que pronto tendrá que pasarnos cuentas....
Mientras “Tú tira, chaval,que libres...” por lo menos hasta que
nos rompamos los cuernos todos contra el muro de nuestra
incompetencia personal. Porque la prepotencia de los que llegan
arriba, y nos dirigen, es en muchos casos, directamente proporcional
al grado de incompetencia que se les supone. Tan sumamente
prepotentes que nos hacen tragar con ruedas de “molín” porque
como no somos tan listos y formados como ellos, no entendemos que
todo es por nuestro bien, jolín.
Y
para ayudarnos, para eso y mucho más, se destruye el Estado de
Bienestar, se reducen fondos para servicios sociales, educación y
sanidad...¿Qué es lo siguiente...? Bueno, lo siguiente al sablazo a
las pensiones que toca, oiga, para el niño y la niña – ya lo
veréis -...¿El reciclaje de la sociedad eliminando a los ancianos,
dependientes...?, como en la Balada del Narayama, película de
Shohei Imamura, que además de la Palma de Oro de 1983 dejo a la
vista, retratando las costumbre familiares, sociales y económicas
del Japón Feudal, anterior a la Restauración Meiji, las miserias
del mundo actual en que vivimos. Bueno; ¿qué más nos da, de
momento, verdad?. Recordad aquel España 6 – Chipre 0, en nuestra
infancia, pocos años antes del España 12 – Malta 1. Carpe diem,
amigos.
Heri
Gutiérrez García.
Kesalan carga con Orin, su madre, rumbo al Narayama