Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

martes, 2 de enero de 2018

Querido Baltasar:


    Cómo cada año, por estas fechas, te escribo una carta llena de deseos, igual que cuando era un niño. ¿Recuerdas?

    Sabéis, majestades, que pese a ser el único país que podría jugar al ajedrez, sin invadir a otros,porque por la magia de las Instituciones poseemos dos reyes, dos damas consortes, gran número de obispos - alfiles -, caballeros "hijosdalgo" como los del Lazarillo, igualmente casposos, torres por los cuatro puntos cardinales e infinidad de peones de brega, que somos todos... Al final de todas cuentas, sois los únicos monarcas a los que siempre he querido. Cosas de ser
un republicano convencido de la igualdad de derechos y oportunidades que no se ciñen a cunas, altares o favores. En fin, nada que no sepáis desde mis primeras cartas de la tierna infancia.

    Ahora adulto, no os pido juguetes ni otros regalos que me encandilaban en la infancia. Ya más prosaico y menos iluso pretendo - algo harto difícil - que en vuestras alforjas portéis ilusión y ganas para que sigamos afrontando esta cuesta que llevamos años encarando; y que se nos haga más leve. Sé que es complicado, porque quienes deberían apoyar y legislar en favor de la ciudadanía no lo hacen como debieran. Quizás el mantener su futuro a salvo y garantizarse un "puesto" más allá de la vida política en el candelero les ciega ferozmente.
Y es así que, ante este brete y suponiendo que muchos compatriotas pedirán en sus misivas igual dosis de valor, se me antoja ir más allá. Así os conmino a que, como el espíritu Santo en forma de llamas sobre las cabezas de los apóstoles, unjáis las
de nuestros políticos para que cumplan como tal. 

 Un país con 15 millones de personas en riesgo de
exclusión social y pobreza, cuyo mercado de trabajo "mete miedo" por la precariedad en que está instalado desde hace años, que incluye más de 800.000 familias que no ingresan ni un euro al mes. La economía del milagro, de la "marca España", la que olvida que la hucha de las pensiones ha sido ordeñada hasta el desnatado, donde las pensiones y los pírricos sueldos "crecen" por debajo del IPC, de manera que como la pescadilla que se muerde la cola, seremos más y más pobres, todos menos los ricos que lo son más, claro.
El país de las maravillas, del prodigio, que ha recibido un severo varapalo y contundente en manera de informe de la Comisión Europea, que considera la totalidad de los elementos estudiados y analizados en España en clara dificultad:
Pobreza, abandono escolar temprano, mercado de trabajo, los mal llamados "ninis", discriminación de género en el trabajo empleo o efectividad de las políticas sociales...


Y como en una tragicomedia, para finalizar el año
todos los presidentes, residentes, de las CC.AA. y el del Gobierno reflexionan a modo de "mea culpa" para agradar a sus votantes.Los de los microentornos se quejan de la situación de crisis de la que "no tienen culpa" - en parte,solo en parte, tienen razón - porque según ellos quienes mueven los hilos son los Srs. Montoro, de Guindos y su jefe el Sr. Rajoy. El mismo que no solo se equivoca de año al felicitar el nuevo y desearnos una, en sus propias palabras, muy
necesaria suerte sino que, seamos serios a la par que
valientes, falta a la verdad; y lo hace,según los datos,
no desde mi mente enfermiza, en los siguientes puntos: 

 - No es cierto que seamos el país que más crece, en
términos reales, de los de la OCDE porque esta tasa se mide respecto al PIB de cada nación y por ejemplo mientras que el patrio es de 1,1 billones de euros, el de Alemania de 3,3 y el de USA más de 17.

 - La exportación crece no por la gran productividad nacional sino porque los precios son más bajos que los de la competencia debido a que los costes laborales, es decir los salarios, se han reducido en los años de la precarización laboral.
   - El mercado de trabajo, por desamor de la reforma laboral, ha tornado empleo estable en otro endeble, de corta duración, mal pagado y temeroso de los cambios.  Hoy hasta se añora el término "mileurista" mal visto hace años.
- Despojar a la creación de empleo español de su gran
estacionalidad y no explicar la especial forma de considerarlo es pretender que permanezcamos en el parvulario. Así un parado, lo va a ser solo una vez en el mes que haya tenido la aciaga suerte de perder el empleo. En cambio si es contratado varias veces ese mismo mes, cada uno consta como un nuevo empleo creado. 

- Los precios de carburantes, gas, electricidad,
telefonía...Harán su agosto en pleno invierno. Los bancos y las grandes empresas se ríen de sus clientes a la cara y no pasa nada, nunca pasa nada...!!! 

- El I+D+i y la formación de capital humano, que son
elementos claves para el desarrollo de un país se considera innecesario. En cambio se pacta con "El Imperio" un incremento del gasto militar hasta el 2% del PIB. Adiós a los "caballeros Yedi"

    Y así, majestades, para que seguir contándoos nuestras penas. Contemplar más este baile de datos y quebrantos solo serviría para que tornaseis hacia Oriente con tristeza por vacío en las alforjas y amargura en vuestros corazones.