Una trifulca sin par y batalla desigual contra el feroz y voraz Sistema Neocon que nos ahoga

Iguazú: Patrimonio de la Humanidad
jueves, 28 de diciembre de 2017
miércoles, 27 de diciembre de 2017
martes, 26 de diciembre de 2017
miércoles, 20 de diciembre de 2017
lunes, 18 de diciembre de 2017
LA NECESIDAD DEL DEFINITIVO SALTO ADELANTE
Queramos o no, Asturias y Cataluña comparten dos ritmos de vida
similares, para lo bueno y lo malo. No hace falta más que revisar la
Historia reciente, y no tanto, de ambos territorios, que para unos
son Comunidades Autonómicas y para otros naciones con identidad,
cultura y raíces propias. Pero alejándonos de extremismos
idealistas o nacionalistas, nos encontramos con dos modelos de
crecimiento que con el tiempo se vieron insostenibles y
desequilibrados basados ambos en un solo sector. La minería en
Asturies y el textil en Catalonia, sirvieron de base, sostén y
cimientos para la recreación de vida económica en dos de los nodos
de crecimiento más importantes de aquéllos tan amados e idolatrados
por la autarquía franquista. Pero, pese al paralelismo, y para
nuestra desgracia, los inicios, como se verá luego, no fueron tan
similares. No obstante, quizás por ese principio de intervención
nacional de la dictadura, la conclusión fue solidaria para ambos
entornos y barrunto que para el resto del país.
Mucho antes de la era de los pantanos, a finales del siglo XIX,
mientras que en tierras del “Consejo de ciento” y sus alrededores
había una burguesía, la catalana, que ponía pasta y estaba
motivada para crecer dentro de Europa, en nuestra tierra verde y
negra se empezaba a extraer carbón con capital foráneo, situación
que impedía que los ritmos de crecimiento fueran ciertamente
estables porque las plusvalías no echaban raíces en el mismo lecho
dónde nacían sino que huían a ultramar. Aquí quedaban sueldos
ralos, hambre por arrobas y pobreza en exceso. Así mientras que
Catañuña recreaba una forma de crecer propia, a todas luces
exitosa, por entonces, Asturias era esquilmada en su alma y cuerpo,
al mismo ritmo que las paladas de carbón salían de sus entrañas
por las muchas bocaminas que la desangraban. Pero, al fin y a la
postre, este modo y uso de vida, aunque mezquino y generador de una
deuda intergeneracional difícil de saldar, se convierte en propio
como la sangre que corre por nuestras venas y tan reivindicable como
el catalán para su tierra. Así, con el paso del tiempo, esos
sistemas productivos autóctonos se tatúan en nuestra piel y Astures
y Catalanes, poco a poco, sin prisa pero también sin pausa, nos
empezamos a mirar hacia el ombligo no solo por orgullo si no porque,
en el fondo y tristemente, teníamos miedo a lo que venía de fuera,
terror atávico trasmutado en odio a lo que opinaban de nosotros en
tierras donde se recrearon modos productivos distintos al de nuestras
“aldeas galas” o en otros en los que, si originariamente habían
sido similares, se modularon tiempo ha por lo que en Europa se estaba
respirando. Nuevos aires de cambio, que para Asturias significaron
vientos de destrucción de empresas, empleos y de futuro. Fuego
lento que quemó las esperanzas, agua que no sació la sed, sino que
ahogó. Y así, cuando Terry Ronald cantaba para “Calmar la Ira”,
en los ochenta, nos íbamos a la mierda. Sin que nadie hiciera nada
por evitarlo. “Azúcar amargo”, ángel y diablo que cantaba la
atractiva mexicana Fey por la misma época que nos envenenaba a
todos.
Consecutivos gobiernos de políticos malos y presuntamente
corruptos, hacen de los ciudadanos que los votamos víctimas
propiciatorias del desánimo, descrédito y pérdida de valores
sociales, económicos y humanos. Cuando se plasmó evidente que el
futuro del “futuro autóctono” ya no era posible, porque la U.E.
y sus Instituciones, casi inquisiciones, así lo certificaban, los
líderes de pies de barro antes mentados se parapetaron tras las
barricadas de su codicia, sin mirar hacia su derredor, haciendo
apología del egoísmo, más allá de lo que nunca pensaron; porque
si su poltrona peligraba lo siguiente podía suponer dar con sus
huesos en la trena. Algo, esto de la trena, que para todos ellos era
peor que ser paseado con orejeras a lo largo de la vía pública,
como reos de la Inquisición. Precisamente porque ellos había sido
esa mismo inquisición y ejercido como tal contra quienes no bailaban
su balada macabra y pisaban los cráneos de sus congéneres por
doquier. ¿Quién se podía mover si quería salir en la foto…?
Toda esa dinámica yerma de sentido, aquella dialéctica del terror
fue el estigma que impidió que los pocos buenos que había, acá y
acullá, plantaran cara a los sinvergüenzas que durante años
flotaron como la mierda sobre aguas tranquilas. Hoy, después de
reconversiones, “macagunmimanto” varios, procesos y “Procés”,
con la cola del ciento cincuenta y cinco, soterramientos
interminables, hospitales que se derrumban, políticos presos – que
no presos políticos - que salen del talego tras rogar un digo donde
primero gritaron Diego versión naíf, no tan esperpéntica, como la
de los que optaron por poner pies en la polvorosa Bruselas. Después
de todo eso y más que me callo, nos encontramos navegando en un
proceloso mar de dialécticas neocon, en un carcomido cascarón de
nuez, sin velas ni un mísero motor que nos acerque a la costa. Todo
porque desde la generación de los abuelos hemos tragado con roscas
de molino y jamás se ha intentado buscar un modelo de desarrollo
sostenible. El cuadro de Asturias y nuestras cuencas se dibuja
dantesco, como propio de los blaquinegros de Goya, igualmente
tenebroso y se pinta con una pasta que mezcla altas tasas de paro,
terrenos desindustrializados, en su mayor parte infectos de
alcaloides, lodos químicos casi hasta en el aire y un ambiente
irrespirable, en lo físico y lo social. Así que los jóvenes,
formados o no, tienen que emigrar como sus abuelos. Lo mismo que en
Cataluña y todo porque, en parte, gracias a nuestros políticos la
zozobra se ha hecho moneda de cambio en un marco donde los valores
sociales, la solidaridad y el respeto ya no existen y donde el
“tanto tienes tanto vales” se canta desde el amanecer hasta el
final de la noche de los tiempos. Y dios te libre de que ni tengas ni
valgas, porque si es así, estás...
Y no es que se pida una nueva revolución de Ochobre del 34, por
cierto también obrada en Cataluña, pero si que se debe exigir un
cambio de ritmo que acelere el paso para no meter la pata en el foso
y caer rompiéndonos la crisma, otra vez más.
Heri Gutiérrez García
martes, 12 de diciembre de 2017
jueves, 30 de noviembre de 2017
martes, 28 de noviembre de 2017
LA COCINA POPULAR NO MOLA EN BRUSELAS
El último informe de la Unión Europea, sobre empleo, renta y
desigualdad, emitido por la Comisión, desde Bruselas, esta semana,
vuelve a dejar a España con los pies al aire. Y es que la capa con
la que los hidalgos castellanos cubrían su zaherido orgullo cada vez
está más raída, remendada y pútrida, tal que ya no nos cubre las
vergüenzas, miserias ni na de na…!!!
Pero, “tranquis, coleguis” que pronto llegará Papá Noél y los
Reyes Magos, así que nuestros políticos Rajoy, Montoro y de
Guindos, a la cabeza, se enmendarán y redactarán sus cartas, llenas
de ilusión, para que el prodigio de aquellos hombres mágicos
solucione los problemas de nuestra economía. Todo porque, en
resumidas cuentas, la cocina popular no logra sazonar en la medida de
lo necesario sus platos para que acaben con la fame de los españoles.
O peor aún, nunca quiso.
Pero, claro está, nunca pasa nada y como, para algunos
compatriotas, los datos de la U.E. son emitidos solo para dañar o
pintar la cara a Rajoy, podemos seguir haciendo oídos sordos a las
voces que claman equidad, igualdad y respeto, desde dentro del país
– entre ellos ONGs como Cáritas y Cruz Roja – y desde fuera si
es la Comisión la que apercibe. Es problema radica en que mientras
se ningunea, sin el menor rubor, a la ciudadanía y sus
organizaciones, la U.E. nos sancionará por incumplir los mínimos
exigidos para pertenecer a tan ilustre club. Por torpes, vamos.
Por eso, creedme si os digo que hay gente que me está empezando a
caer mal, versión suave de “me están hinchando las narices”,
cuando miran hacia otro lado al ver situaciones lacerantes, de
extrema necesidad, en nuestras arterias urbanas o cuando, por omisión
de ayuda a los que las sufren, llega una reprimenda, como ésta, de
la U.E. a manera de informe de su Comisión. Y pese a todo, se sigue
sin hacer nada al respecto. Lo siento, no puedo con ellos. Claro,
nunca pasa nada “tenemos a Arconada” o “no tenemos miedo,
tenemos a Ablanedo” que se cantaba en el vetusto Anoeta o en El
Molinón, la catedral del Piles, en la década de los maravillosos
ochenta.
Pero entremos ya de una vez en harina, que para hacer una tortilla o
este pastel hay que romper las cáscaras de los huevos. El citado
informe, para todos en la red, analiza siete importantes variables
socioeconómicas como son la desigualdad de rentas; abandono escolar;
discriminación de género en el mercado de trabajo; riesgo de
pobreza y exclusión social; jóvenes que ni estudian ni trabajan;
tasa de paro y eficacia del gasto social en la reducción de la
pobreza y las califica, en función de la media de la U.E. como
excelente, bien, media, bien pero empeora, débil pero mejora, bajo
vigilancia y crítica. El caso español se torna crítico en los dos
primeros áreas que conforman el informe. Una pescadilla que se
muerde la cola, ya que si abandonas los estudios la falta de
formación te incapacita para alcanzar empleo digno. El resto, salvo
el referido a la discriminación laboral, situado en la media de la
U.E. - bastante malo, por cierto - queda bajo vigilancia; o lo que
es lo mismo bajo sospecha.
Con este sufflé, resulta anacrónico ver como sacan pecho los
cocineros patrios de los Presupuestos Generales del Estado. Yo al
menos, metería la cabeza en los libros de cocina, quien dice cocina
dice economía. hasta encontrar una receta que pusiese el menú
nacional entre los primeros de Europa. Ah, no, es verdad, que lo
importante no es la equidad entre los españoles y el libre acceso a
los recursos, derechos y mercado de trabajo. Pedir esto es una
pedantería; lo que mola es disertar sobre el color de la camiseta de
la selección española, qué Benlén Esteban tenga una hija
casadera, Paquirrín mueva la panza a ritmo bakalao o que en
Catalunya haya más seguidores del Barça o del Español. Así nos
va; tan bien como el informe – tirón de orejas a España.
La realidad, por cruda, es despreciada. Así nadie dice y todos se
callan la verdad de que los avances en empleo, si se puede llamar así
a esos“curros” diez horas al día por 500 € o de tres días al
mes, han sido marcadamente polarizados lo que lleva a que los ricos
sean más ricos y los pobres más necesitados, a la vez que aumenta
su número ( el 28 % de la población española está en riesgo de
exclusión social).
El informa concluye con un corolario temible que se resume en un
aumento de la desigualdad en el acceso a la educación, formación,
protección laboral y unido a los pobres resultados en el mercado
laboral llevan a que la Comisión observe un preocupante colapso en
los ritmos de desarrollo sostenible, procesos de equidad y de
inclusión social. Latitudes estas peligrosamente próximas a
Bulgaria o Grecia en el furgón de cola de la U.E. Eso sí; nadie
queda atrás con el ¡Viva España! Y el dogma de banderas.
Heri Gutiérrez García.
miércoles, 22 de noviembre de 2017
LOS MACHOS ALFA, LA BURUNDANGA Y EL ABUSO DE PODER
Un país con unos datos de de mujeres asesinadas por violencia de
género – 45 a mediados de noviembre, momento de escribir esta
columna - , como España, no puede llamarse desarrollado, ni mucho
menos “ir bien” como postulan, cada tres por cuatro, nuestros
políticos. No amig@s,
no; mucho más allá de los “Gurtel”, “Marea”, “Eres”…
banderitas rojigualdas o esteladas, camisetas de la selección con
efectos ópticos, para algunos perversos y homenajes desmedidos a
humoristas que en su máximo esplendor eran del montón, encumbrados
por los cánones actuales como grandes filósofos y teóricos del
pensamiento posmoderno... Muchas millas ultramar, me barrunto, se
encuentra el espolio que sufren los seres humanos por la nefasta
acción y negación de ayuda de quienes deberían poner coto a este
desmán contra sus semejantes.
El poder, siempre el poder, y su cruel expresión como dominio de
los otros es algo que pone excesivamente cachondos a muchos, casi me
atrevería a decir que los lleva al paroxismo de la enervación
sádica. Uno no es más fuerte por lo que tiene, sino por la
diferencia respecto al otro, o lo que es lo mismo, por que puede
mearle en la boca sin que aquél, usado como escusado, se revuelva y
explote. Y si te jactas de ello en cahts o grupos de wasp, mucho
mejor, que para eso tienes un móvil de última generación.
Así, insultar a Carmena, la alcaldesa de Madrid, amenazar de muerte
a tu compañero “rojo”, adorar y rendir pleitesía a la bestias
fascistas, proponer métodos de exterminio y planear actos
terroristas contra medios de comunicación, son fundamentos de
cerebros yermos de neuronas habitantes de las mismas ciénagas y
cloacas que aquellos que impunemente violan a una joven,
supuestamente hasta arriba de escopolamina, para que pierda su
voluntad y no se defienda y graban sus hazañas para deleite de
individuos de la misma calaña.
Pero además, al sociedad actual parece estar tan borracha de
burundanga como las víctimas de una agresión sexual bajo su efecto.
Más todavía, enferma. No reacciona ante los chorros de horror, la
barbarie y la violación de los derechos humanos que aparecen día sí
y día también en los medios. Si te agreden, roban,violentan...
debes casi justificar tu inocencia porque, en el fondo, formas parte
de la misma jungla de odio que dio cuna y amamantó a los machos de
la manada que te agraviaron impunemente en un anónimo portal, oscuro
rincón, y subieron a la red – hay que ser absurdos – su triunfo
contra tu libertad ya vencida, copas y horas antes, por el efecto del
narcótico.
“Que no cerraste las piernas con la debida fuerza...” “Ibas
provocando por llevar escote, falda corta o pantalones ajustados...”
“No te dolió la afrenta porque seguiste haciendo una vida
normal...” “Es que, hija, lo ibas buscando...” Éstas y otras
peores, que no deberían ni siquiera pensarse por execrables, son
frases de marcado tinte machista, discriminatorio y vejatorio contra
la mujer que se esgrimen en los tribunales en defensa de los que no
se la merecen.
Y lo más triste de todo es la normalización que se ha obrado en
nuestra cultura, el morbo de las imágenes, de los desquiciados datos
sobre el feminicidio anual, de la creciente proliferación de grupos
neonazis que actúan en la impunidad de un sistema que pretende
esconder bajo la alfombra la basura acumulada durante años de
dejadez institucional. Y eso, de alguna manera, amig@s,
lo terminaremos pagando.
Herti Gutiérrez García
martes, 21 de noviembre de 2017
viernes, 3 de noviembre de 2017
martes, 31 de octubre de 2017
DE LOS HIJOS DE ESTA TIERRA AL RECUERDO DE SUS MAYORES
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Foto: Archivo Minero |
Hace unos días, Quique Mencía jefe de prensa de la empresa HUNOSA,
me envío un wasp para invitarme a participar en el evento que, en
memoria de los fallecidos en la mina, se celebrará el próximo
viernes día tres en el Centro de Reinterpretación del Puzu Sotón.
La idea era que profesionales de distintos campos, ciencias y artes,
aportaran su saber en un acto que pretendía rendir homenaje a
aquellos mineros muertos en trabajo. ¿Por que yo también? Pensé...
No canto, no sé recitar, no soy actor, ni músico, ni artista.
Escribo mal, casi a hachazos; eso sí, como hijo de esta tierra negra
y verde me comunico con una prosa ruda y nudosa, casi salvaje, mamada
por la leche materna como se hereda el ímpetu con el que
generaciones y generaciones antes que la mía arrancaban el carbón,
a puñetazos de su lecho, en el corazón de nuestros valles. Quizás
por eso impregnada mi alma de cisca, lodo, polvo y humo nunca me
alejé de estos valles para hacer trabajo de campo y parir
etnografías que siempre sentaron mal a los poderes fácticos del
momento. Conjunto de documentos recopilados por alguien de cuna tan
“roja” y “negra” como las de aquellos electos y que eran
nacidos de la vivencia de sus gentes. Y, claro, nadie podía ser tan
puro en esencia ni montar corceles tan bellos como quienes salían en
prensa, radio o televisión a grito deslomado reivindicando
solidaridad y compromiso... Por boca pequeña como se vio después en
algunos de aquellos ídolos de pies de barro. Vamos, me imagino que
para ellos yo era un postmoderno desertor del Álamo. Pero no, que
va, lejos de esa visión, yo era alguien normal que, también en la
mocedad, se manifestó en Uvieu, Llangreu o dónde fuera y que
desafinó con la masa, antes de correr, aquello que se cantaba “De
qué pozu son esus de marrón...Esus de marrón, de qué pozu
son...”.
Esa forma de vida valiente y a pecho descubierto que se reflejaba en
no casarse con nadie, herencia legitimada de nuestros mayores, a las
huestes de la rancia derechona rechinába-yos mucho, pero tristemente
lo mismo significaba para algunos de los integrantes de las fuerzas
vivas del otro lado, los autroproclamados como representantes
legítimos de la clase obrera. El tiempo que es sabio a la par de
inexorablemente cansino dará y quitará razones tras los muchos
procesos sub judice abiertos aún hoy en día.
Herederos somos de una Historia crispada y real, narrada de
distintas formas tras décadas de trabajo duro bajo tierra, peonadas,
vidas, amores y almas, todos ellos ganados y perdidos subiendo
“ramplas” y abriendo nuevos “tayos” como caminos y venas
serpenteantes hacia el corazón de Asturias. Honor, solidaridad,
respeto y lucha obrera amalgamaron un modo de vida difícil de
comprender fuera y en casa. Unas veces temidos, otras mancillados y
pocas reconocidos por los gobiernos antes durante y después de los
tiempos de general golpista. Precisamente fue en el ocaso de ese
aciago régimen, carente de Democracia y sobrante de paternalismo a
ultranza, cuando el INI creó, con la Acción Concertada, la empresa
HUNOSA. Y de eso hace ahora cincuenta años, en el apoteosis de la
autarquía franquista. El inicio de un sueño litúrgico, para
algunos, para otros una pesadilla, pero al fin y a la postre
significante de una fuente inagotable de trabajo y prosperidad para
todos los hijos de nietos de los primeros campesinos que a caballo
entre siglos y en las remotas aldeas perdidas de Asturias se
empezaron a manchar las manos de negro carbón, bajando por chimeneas
cargados de picos y palas, hambrientos y enjutos, olvidados del
destino. Aquellos que sudaron y sangraron una y mil veces y
tristemente lloraron de dolor o de alegría también. Fuente
inagotable de esa sangre real y simbólica que nutrió los valles
mineros asturianos y sin saberlo, casi sin quererlo, fue la
protagonista de una de las páginas más honrosas y valientes de
nuestra Historia reciente. Quienes no solo lucharon por un futuro,
que lo hicieron por cumplir con el sacrosanto legado que les habían
trasferido sus mayores. Aquella conducta de “paisano” o de
“paisana” que no retrocedía ante las adversidades, que nunca
engañaba y muchas veces era vilipendiado por ser precisamente
honesto y honrado. Algo de lo que los “autroproclamados” guías
espirituales, que lo eran solo de cartón piedra, se aprovechaban
para medrar y engañar a los suyos, a todos los que seguían bajando
a las entrañas de la tierra para sacrificarse y mantener a su
familia, que sentían el orgullo de ser minero, solidario y valiente,
que no solo “baxaben les series a puñetazus” en el chigre, sino
que sabían protestar cuando el “techu tiraba” y había que
“postiar de chulana” porque tan peligroso estaba el muro como el
techo. Los mismos que cuando había un “derrabe” entraban sin
mirar más que al fondo donde estaba el “compañeru accidentau pa
salva-y la vida” o si no se podía, para devolvérselo a los suyos.
Así en las plazas de los Pozos mineros asturianos, como en las de
todos los del resto del mundo, se vivió la emoción, la
reivindicación, la lucha y del dolor contenido y expuesto al salir
el minero herido o fallecido. Porque aquel que salía en la camilla
era parte de la comunidad que lo esperaba fuera y en silencio o con
aplausos era honrada su memoria.
Para finalizar mi deseo que este reconocimiento a todos los
fallecidos deba ser el inicio del tributo, a modo de pago, hacia el
acervo que nos trasmitieron los que fueron mineros durante casi dos
siglos en empresas publicas o privadas, chamizos o grandes “Pozus”
y hacia sus familias, porque son la base estructural y crucial de la
cultura que hoy conocemos y que nos ha hecho ser como somos. Y, por
favor, para terminar ya, dos deseos y una súplica. Seamos honestos
con la Historia. ¡Qué nadie use partidistamente este tipo de
homenajes porque sería violar el recuerdo de los que ya no están….!
Y qué la pérdida de empleos en la minería, y su repercusión en la
actividad económica, nunca signifique el fin de unos valores
solidarios, reivindicativos y de compromiso que algunos conocimos en
nuestra juventud.
Heri Gutiérrez García.
martes, 3 de octubre de 2017
miércoles, 27 de septiembre de 2017
domingo, 24 de septiembre de 2017
jueves, 21 de septiembre de 2017
martes, 19 de septiembre de 2017
jueves, 14 de septiembre de 2017
miércoles, 6 de septiembre de 2017
lunes, 4 de septiembre de 2017
viernes, 25 de agosto de 2017
lunes, 21 de agosto de 2017
jueves, 17 de agosto de 2017
miércoles, 16 de agosto de 2017
lunes, 31 de julio de 2017
viernes, 21 de julio de 2017
LA OCUPACIÓN DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS VERSUS LA MEMORIA Y LOS DERECHOS DE LOS ASESINADOS
El paseo-espacio verde que se encuentra en al final del parque de La
Laguna de El Entrego ha desatado una nueva controversia, más allá
de su uso como lugar propicio del botellón, como solaz de cánidos
varios o nido de amor furtivo de parejas y amantes ocasionales.
Ultramar, como diría Séneca, porque se relaciona con la ocupación
de espacios culturales y simbólicos, arena de representación
etnográfica de un pueblo y propias del mismo. Y nada que ver tampoco
con que el Brexit obligue a cambiar “El Paseo Inglés”, nombre
con el que alguien lo articuló.
Recientemente el PP de San Martín de Rey Aurelio, como parte de la
estrategia nacional de rebautizar los espacios públicos y colectivos
con nombres que permiten el reconocimiento de aspectos de la Historia
española como si ésta existiera desde el periodo Democrático y
solo parcialmente, ha propuesto apellidarle “De las víctimas del
terrorismo”. Evidentemente, no soy de los que niegan que ETA fue un
grupo terrorista y criminal que asesinó a ciudadanos y políticos
adscritos a todo el arco ideológico, militares, guardias civiles,
profesores, abogados o intelectuales que no comulgaban con sus
hostias, como macabra estrategia de terror. Negar esto, sería una
insensatez. Pero también lo es, y aquí entramos en “fariña”,
correr un tupido velo tras el que se oculten los hechos ocurridos en
el periodo franquista o, lo que es lo mismo, dedicar “cero euros”
a la partida correspondiente a la Memoria Histórica en los últimos
ejercicios - en palabras del propio Sr. Rajoy-, de los Presupuestos
Generales del Estado.
No voy a perder tiempo intentado explicar, a quien no quiera
entenderlo, la diferencia que existe entre un levantamiento o
rebelión popular, como el de Octubre del 34, con un golpe de estado
militar, como el del 36, perpetrado éste por profesionales del
ejército contra el Gobierno que juraron defender. Pero sí querría
refrescar la memoria de algunos y decir que hubo militares que
obedeciendo a su Gobierno reprimieron la primera y luego murieron,
con honor, defendiendo la legítima República contra aquel golpe de
mano. Y quien no lo crea así que revise los libros de Historia.
Claro queda, que tampoco apruebo los crímenes que ambos bandos
cometieron contra sus hermanos, del otro, durante la contienda. Todos
ellos son igual de execrables. Y como el oficio de antropólogo exige
contar lo que ocurre y por ello lo que el ser humano crea, recrea,
construye y reconstruye, a esa labor he de ceñirme.
Con estas premisas, todos nos damos cuenta que entre el final de la
Guerra Civil y la muerte del dictador hay un periodo de “desmemoria”
colectiva que nos caracteriza, para mal, como país amnésico e
injusto. Incluso los que sufrieron en sus carnes hechos luctuosos más
recientes han sabido empezar a rectificar. Balcanes, Chile,
Argentina...Por cierto, Venezuela aún no. Por eso pese a que algunos
quieren arrancar una página de los libros de Historia,
correspondiente al S. XX, no debemos hacerlo porque sería abandonar
en el olvido a muchos españoles, compatriotas nuestros. Según
historiadores neutrales, como Hugh Thomas y Anthony Beevor, pueden
cifrarse entre 350.000 o 400.000 los represaliados por el régimen,
enterrados en más de 800 fosas comunes en España. Casi 200.000
fusilados, dándose el macabro efecto modal de acaecer varios
centenares al día durante 1940. La desmemoria sirve para olvidar que
quienes murieron “por Dios y por España” recibieron digna
sepultura y reconocimiento. En cambio, los apilados en las fosas del
olvido yacen en una canibalización eterna que trasciende más allá
de su asesinato y usurpa su existencia como persona, su memoria
individual y el derecho a pertenecer a la colectiva y, como no, todos
sus derechos civiles. Porque ser enterrado en un “no lugar” hace
que nadie pueda acudir a recordarte, llorarte, rezarte u odiarte.
No hay mayor injuria contra un pueblo que eliminar su existencia, incluso devorándolo; algo que nuestra especie lleva haciendo desde el Neolítico, o antes. Solo la Cultura y su conocimiento ha borrado la
antropofagia física de nuestras costumbres. Pero, en cambio, otras
no tan evidentes aún se estilan en el S.XXI; porque ¿cómo hemos de
calificar los crímenes de lesa humanidad, las violaciones de
derechos humanos, tráficos varios o las condenas al ostracismo
contra colectivos y grupos étnicos distintos al nuestro?. ¿Puede
haber algo más triste que saber que un antepasado tuyo se encuentra
arrebatado bajo cientos de kilos de tierra al borde de una cuneta, en
el fondo de un pozo o a las puertas de un campo santo...? ¿No tienen
derecho esos familiares a enterrar “como Dios manda” - crean o no
en Él- a su desaparecido.?
La Antroplogía estudia las Culturas, desde el relativismo que implica
que ninguna de ellas es más importante que otra so pena de caer en
deslizamientos culturales que, a través del principio mecanicista
se excluya del régimen trascendental a algunos colectivos. Por eso,
en España, dónde todo el mundo tienen derecho a ser enterrado
dignamente, sin ser apartado de sus derechos civiles o memoria, aún
tenemos compatriotas en cenagales simbólicos de los que deben ser
recatados. Y así, más importante que tener campo, paseo,
plaza...”de las víctimas del terrorismo” hora es que se recupere
y restituya el honor a quienes se les fue arrebatado. Y concluyo, si
hay qeu cambiarle el nombre ¿Por qué no ponerle Paseo de la Memoria
Histórica?.
jueves, 20 de julio de 2017
lunes, 17 de julio de 2017
jueves, 13 de julio de 2017
martes, 11 de julio de 2017
lunes, 10 de julio de 2017
sábado, 8 de julio de 2017
viernes, 7 de julio de 2017
jueves, 6 de julio de 2017
miércoles, 5 de julio de 2017
martes, 4 de julio de 2017
lunes, 3 de julio de 2017
sábado, 1 de julio de 2017
jueves, 29 de junio de 2017
martes, 27 de junio de 2017
lunes, 27 de marzo de 2017
miércoles, 22 de marzo de 2017
viernes, 17 de marzo de 2017
jueves, 9 de marzo de 2017
miércoles, 8 de marzo de 2017
martes, 7 de marzo de 2017
lunes, 6 de marzo de 2017
sábado, 4 de marzo de 2017
viernes, 3 de marzo de 2017
jueves, 2 de marzo de 2017
lunes, 27 de febrero de 2017
viernes, 24 de febrero de 2017
martes, 7 de febrero de 2017
lunes, 23 de enero de 2017
LA BALADA DEL NALÓN
Sirva esta corta alegoría como contrapunto final a la gran peli de
John Ford “Qué verde era mi valle”, ya que mientras que en ella
y en el libro en que se basa de Richard Llewellyn, seudónimo de
Vivian Lloyd, se narra la vida de una pequeña comunidad de un valle
al sur de Gales, a través de la familia Morgan aquí, en esta
columna, se muestran los actas de defunción de aquel modo de vida
que en esta tierra, nadie supo defender o no quiso. Azules, rojos,
sepias, morados, verdes o naranjas miraron hacia otro lado y,
silbando tangos, permitieron el cese de toda actividad minera en
Asturies y con ella, más triste aún, el fin de un modo de vida
autóctono que otrora era reprimido, pero a la vez temido y odiado,
por la bota del pretoriano. Pérdida de identidad que desde la
Antropología es un crimen de lesa humanidad, tan grande y grave como
la eliminación de cualquier hábitat humano, porque uno y otro
pertenecen al acervo cultural de un pueblo. Jo, si alguno de los
guerreros de la Libertad, en plena postguerra, abriera los ojos…! O
monta tanto, para mi, la opinión de los veteranos que estuvieron en
primera fila en La Güelgona del 62; aquella lucha desigual contra la
Dictadura que hizo correr, a la par de garrotazos, ríos de tinta y
de tal importancia social que hasta la BBC inglesa dedicó un
especial informativo. Por contra, ni color se atisba en la idílica
Democracia, del siglo XXI, que algunos embadurnan sin pudor.
El Pozu Sotón, situado en el corazón del Valle Nalón, fue uno de
los yacimientos mineros de mayor importancia de la empresa HUNOSA, y
por extensión del sector minero Astur y patrio. Pero además se
constituyó, junto con otros como Maria Luisa o La Camocha, en
referente del movimiento minero, la lucha obrera, la solidaridad y el
compromiso. Con su desaparición y secada la fuente se corta el
riego, en este caso y entre otras cosas, de solidaridad. Y así es
más fácil manejar a la población, porque se eliminan los
significados y significantes identitarios y a todo esto suma y sigue
el hecho de que quienes, en el pasado reciente, se erigieron en
faraones – dioses vivientes del Anto Nalón, como los del Nilo, no
fueron más allá de figurones de cartón piedra, a toro pasado
comprobado. Sí ya sé que me radicalizo, me lo dicen hasta los
militantes de Podemos, y que perderé muchos amigos, también. Pero
mejor es eso que olvidar las conexión con mis raíces, las nuestras
y las de todos, aunque algunos se hayan olvidado.
Pero centrémonos para no volver a teorizar sobre ciencia política
o filosofía barata, que es la pretensión actual, a modo de Sálvame
de Luxe. Volvamos al “tayu”. Es el Centro de Representaciones del
Pozu Sotón, en el horizonte, como un elemento nuevo de atracción
turística, pero permitidme como antropólogo, bisoño eso sí, que
considere en mayor valía su importancia. Es mucho más; y pese a la
dificultad que supone trabajar sobre la tierra de uno mismo, porque
es imposible alejarse para ser objetivo, he de deciros que se me
antoja como uno de los últimos reductos que pueden mostrar lo que la
vida minera fue con sus bondades y perversidades, en el fondo, lo que
caracteriza a este pueblo a orillas del Nalón. La última pantalla,
a modo de visor, que trasmitirá las señas locales hacia el futuro.
Espejo y crisol de un momento de tiempo, dos siglos nada menos,
propio de unos valles que mutaron y volvieron a cambiar, por mor o
desamor, de los intereses económicos de un país, España, que solo
miro hacia Asturias, sus tierras y paisanos, cuando los necesitaba y
el resto del tiempo despreciaba con inusitado despotismo, casi
ilustrado. Así y como no hay cuña peor que la del mismo palo se uso
a los, supuestamente mejores cerebros de una generación asturiana,
exiliados a Madrid, para defenestrar lo que, por otro lado, ya no
existe.
Peleemos todos juntos por una suerte de última frontera que debe
servir de nexo y referencia para los que vendrán, nacidos aquí y
allá. Para que conozcan lo que hicieron nuestros - sus mayores,
porque, pese a los que algunos crean, las piedras y sus
construcciones tienen vida. La vida rica en experiencias de los que
las construyeron y también las que se desarrollaron en aquellos
lugares de trabajo. Historias de vida, pasión y muerte de deben ser
recordadas como mejor homenaje a quienes las protagonizaron y porque
son parte del referente de un pueblo que se niega a desaparecer
engullido por las fauces del Sistema.
miércoles, 18 de enero de 2017
jueves, 5 de enero de 2017
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