Antes
de nada, es obligado ponerse al lado de todos los ciudadanos del mundo que lo están pasando mal, franceses, pero también sin olvidarse los miles de inmigrantes que rondan sin orden ni destino por las caleyas del inframundo del planeta. A partir de aquí deciros que seguramente este sera el artículo más duro que haya parido. Y todo por la hipocresía que rige el Sistema - Mundo, término que existe y que no me invento, que nos infantiliza y aborrega a todos desde una dialéctica que pretende eliminar la Educación cívica y así el acceso igualitario a las instituciones culturales. Y pese a todo seguramente pecaré de frío o inhumano.
Como dijeron algunos representantes políticos mundiales, entre ellos nuestro presidente D. Mariano Rajoy, parafraseando al gran antropólogo Adam Kuper, "Esto no es una guerra de culturas ni religiones, sino de la barbarie contra la civilización". Pero se olvidan todos ellos del componente humanista de la frase; que no es otro que conocer que civilización y barbare están presentes en todas las partes del mundo. Y vuelven a pecar cuando dicen "nuestra civilización", porque en nombre de ésta se rompieron lanzas y cabezas y se sigue haciendo tan injustificadamente como las que sufrimos. Las cruzadas liberaron Tierra Santa cuando las caravanas debían pagar tributo por pasar por ellas en su comercio con Cipango, India o Catai. Las armas de destrucción masiva...¿Queréis más? No, por Dios, que somos el ombligo del mundo y "ye pecao".Por
eso todos se apuran a firmar pactos antiterrorista. ¿Es qué antes
no estaban contra él…? ¿Hay que quedar bien..??
A partir de aquí los acontecimientos se precipitan alocadamente en mi cabeza y por ello intentaré serenarme para opinar juiciosamente. Sobretodo después de conocer, anoche, en el canal 24 horas, que la policía y los servicios de inteligencia franceses sabían del inminente golpe que Estado Islámico, ISIS o cualquier grupo terrorista yihadista podría perpetrar en sus fronteras pero que "como consideraban imposible evitarlo..." Sí, amigos, así de cutre es la nota de prensa. Joder, si se supone algo así, y yo soy el presidente del gobierno que sea, limitaré los espectáculos de gran aforo, como conciertos o partidos de fútbol amistosos, salvo que sea un "sobrao" o quiera usar la masacre como justificación para actuar contra...Acción - reacción, que se llama. A ver, en un mundo donde las redes sociales nos vigilan a todos, me pregunto;¿es viable no localizar a un criminal...??? Ah, por cierto, cuando hay un ataque de tal magnitud, los "importantes" escapan del lugar en avión, helicóptero, submarino o ala delta, no esperan, no.
Los gritos desgarradores de las víctimas, de sus familias y los ahogados por el dolor de todos los que somos personas de bien exigen una explicación de toda esta gran pila de mierda.
Primera. ¿Quién financia a estos grupos..? ¿ Es solo religión...? Si consiguen que creamos esto, estamos perdidos, porque nos convertiremos en criminales tan abyectos como los que dispararon o se inmolaron en la noche de París, en nuestro 11 M o quienes derribaron las torres gemelas. No son cuatro cabreros de Afganistán, ni una docena de nómadas del desierto los que lavan el cerebro de jóvenes descontentos con el mundo en que viven. Son, por contra, elementos podres de pasta que en su día fueron los gendarmes de la CIA en Oriente Medio, Norte de África o Asia, cuya misión era evitar el avance del Pacto de Varsovia y que al caer el Muro de Berlín y, con aquél, el Sistema Comunista se quedaron sin "trabajo" y sueldo por el mismo. Así después de una década de tira y afloja, rotas las negociaciones, aquellos lacayos se tornaron en perros de presa que mordían la mano que les había alimentado. Y empezó el milenio del terror, o eso nos dijeron, los que lo saben todo.
Segunda. ¿De dónde provienen, en su mayor parte, los integrantes de células islámicas o los llamados "lobos solitarios"? Son jóvenes nacidos, casi todos ellos, en Europa, hijos o nietos de inmigrantes que sirvieron como mano de obra barata para reconstruir nuestras arterias y esqueleto después de la Segunda Guerra Mundial y, que una vez finalizada esa función fueron recolocados el guetos marginales en los extrarradios de las grandes metrópolis que habían levantado. Criados en la desolación de unos países que les daban la espalda hasta tal punto que ni se preocupaban de su escolarización. Así se convierten en "presa" fácil para integrarse en el ejército de desalmados que asesina, tras un reciclaje en los países que defienden el Yihadismo, a sus amigos o familiares cuando se convierten el suicidas y armas de matar.
Tercera. ¿Quién les provee de armas.? Respuesta evidente, incluso para un orate como yo, del comercio internacional de las mismas...Y me niego a dar publicidad a los países fabricantes; solo decir que vivimos en uno de los líderes de ese mercado.
Cuarta. Y última para no eternizar. ¿Qué hacer...?. Mójate diréis algunos. Pues ahí va. Cómo todas las lacras, los crímenes de lesa humanidad deben ser perseguidos en origen, basándonos en una legislación internacional, real, que elimine el derecho de veto de algunos países. Pero claro, eso no les mola. En segundo lugar y contemplando el horizonte del medio y largo plazo, educar a todos los ciudadanos del mundo. No
usar este valor como elemento en manos de una élite para recrear
el uso del poder sobre los demás, lo que ocurre ahora vamos. Pero ello no implica adoctrinar, cada grupo, etnia, cultura puede y debe mantener su riqueza pero desde el compromiso con las demás y asumiendo que todos debemos vivir en libertad y dignidad. Justo lo que no se hace. Siglos y milenios de patadas en las vergüenzas hacen que el acervo cultural de quien las padece se impregne de odio hacia quien se las dio. Y así los descendientes de aquéllos, en el momento que consideran más propicio, se toman cumplida venganza. Solo el compromiso con el Ser Humano puede aislar a los cabrones que, en cualquier parte del Sistema - Mundo, se dedican a canibalizar a sus semejantes. Recordad que el homo sapiens es omnívoro y solo la evolución de las culturas, como la antropología promulga - recomiendo a Marvin Harris y sus libros sobre tabús alimenticios - evita que nos comamos unos a otros. Se dice que somos la única especie que disfruta matando a sus semejantes; que otros animales "disfrutan" con la caza para comer. La razón, muy salvaje en un artículo de extremada dureza fuimos y somos, en momentos extremos, parte de nuestra propia dieta y con la huida por la supervivencia todos los animales segregan hormonas que deben dar un sabor especial. Algo que las civilizaciones antiguas conocían y por ello realizaban liturgias que no deben ser recreadas por mi en esta columna, pero eso también queda dentro del acervo cultural de los pueblos. Pero afortunadamente existen leyes que impiden el disfrute de este placer.
Heri Gutiérrez Garcia
