Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

martes, 28 de noviembre de 2017

LA COCINA POPULAR NO MOLA EN BRUSELAS


El último informe de la Unión Europea, sobre empleo, renta y desigualdad, emitido por la Comisión, desde Bruselas, esta semana, vuelve a dejar a España con los pies al aire. Y es que la capa con la que los hidalgos castellanos cubrían su zaherido orgullo cada vez está más raída, remendada y pútrida, tal que ya no nos cubre las vergüenzas, miserias ni na de na…!!!
Pero, “tranquis, coleguis” que pronto llegará Papá Noél y los Reyes Magos, así que nuestros políticos Rajoy, Montoro y de Guindos, a la cabeza, se enmendarán y redactarán sus cartas, llenas de ilusión, para que el prodigio de aquellos hombres mágicos solucione los problemas de nuestra economía. Todo porque, en resumidas cuentas, la cocina popular no logra sazonar en la medida de lo necesario sus platos para que acaben con la fame de los españoles. O peor aún, nunca quiso.
Pero, claro está, nunca pasa nada y como, para algunos compatriotas, los datos de la U.E. son emitidos solo para dañar o pintar la cara a Rajoy, podemos seguir haciendo oídos sordos a las voces que claman equidad, igualdad y respeto, desde dentro del país – entre ellos ONGs como Cáritas y Cruz Roja – y desde fuera si es la Comisión la que apercibe. Es problema radica en que mientras se ningunea, sin el menor rubor, a la ciudadanía y sus organizaciones, la U.E. nos sancionará por incumplir los mínimos exigidos para pertenecer a tan ilustre club. Por torpes, vamos.
Por eso, creedme si os digo que hay gente que me está empezando a caer mal, versión suave de “me están hinchando las narices”, cuando miran hacia otro lado al ver situaciones lacerantes, de extrema necesidad, en nuestras arterias urbanas o cuando, por omisión de ayuda a los que las sufren, llega una reprimenda, como ésta, de la U.E. a manera de informe de su Comisión. Y pese a todo, se sigue sin hacer nada al respecto. Lo siento, no puedo con ellos. Claro, nunca pasa nada “tenemos a Arconada” o “no tenemos miedo, tenemos a Ablanedo” que se cantaba en el vetusto Anoeta o en El Molinón, la catedral del Piles, en la década de los maravillosos ochenta.
Pero entremos ya de una vez en harina, que para hacer una tortilla o este pastel hay que romper las cáscaras de los huevos. El citado informe, para todos en la red, analiza siete importantes variables socioeconómicas como son la desigualdad de rentas; abandono escolar; discriminación de género en el mercado de trabajo; riesgo de pobreza y exclusión social; jóvenes que ni estudian ni trabajan; tasa de paro y eficacia del gasto social en la reducción de la pobreza y las califica, en función de la media de la U.E. como excelente, bien, media, bien pero empeora, débil pero mejora, bajo vigilancia y crítica. El caso español se torna crítico en los dos primeros áreas que conforman el informe. Una pescadilla que se muerde la cola, ya que si abandonas los estudios la falta de formación te incapacita para alcanzar empleo digno. El resto, salvo el referido a la discriminación laboral, situado en la media de la U.E. - bastante malo, por cierto - queda bajo vigilancia; o lo que es lo mismo bajo sospecha.

Con este sufflé, resulta anacrónico ver como sacan pecho los cocineros patrios de los Presupuestos Generales del Estado. Yo al menos, metería la cabeza en los libros de cocina, quien dice cocina dice economía. hasta encontrar una receta que pusiese el menú nacional entre los primeros de Europa. Ah, no, es verdad, que lo importante no es la equidad entre los españoles y el libre acceso a los recursos, derechos y mercado de trabajo. Pedir esto es una pedantería; lo que mola es disertar sobre el color de la camiseta de la selección española, qué Benlén Esteban tenga una hija casadera, Paquirrín mueva la panza a ritmo bakalao o que en Catalunya haya más seguidores del Barça o del Español. Así nos va; tan bien como el informe – tirón de orejas a España.
La realidad, por cruda, es despreciada. Así nadie dice y todos se callan la verdad de que los avances en empleo, si se puede llamar así a esos“curros” diez horas al día por 500 € o de tres días al mes, han sido marcadamente polarizados lo que lleva a que los ricos sean más ricos y los pobres más necesitados, a la vez que aumenta su número ( el 28 % de la población española está en riesgo de exclusión social).
El informa concluye con un corolario temible que se resume en un aumento de la desigualdad en el acceso a la educación, formación, protección laboral y unido a los pobres resultados en el mercado laboral llevan a que la Comisión observe un preocupante colapso en los ritmos de desarrollo sostenible, procesos de equidad y de inclusión social. Latitudes estas peligrosamente próximas a Bulgaria o Grecia en el furgón de cola de la U.E. Eso sí; nadie queda atrás con el ¡Viva España! Y el dogma de banderas.



Heri Gutiérrez García.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

LOS MACHOS ALFA, LA BURUNDANGA Y EL ABUSO DE PODER


Un país con unos datos de de mujeres asesinadas por violencia de género – 45 a mediados de noviembre, momento de escribir esta columna - , como España, no puede llamarse desarrollado, ni mucho menos “ir bien” como postulan, cada tres por cuatro, nuestros políticos. No amig@s, no; mucho más allá de los “Gurtel”, “Marea”, “Eres”… banderitas rojigualdas o esteladas, camisetas de la selección con efectos ópticos, para algunos perversos y homenajes desmedidos a humoristas que en su máximo esplendor eran del montón, encumbrados por los cánones actuales como grandes filósofos y teóricos del pensamiento posmoderno... Muchas millas ultramar, me barrunto, se encuentra el espolio que sufren los seres humanos por la nefasta acción y negación de ayuda de quienes deberían poner coto a este desmán contra sus semejantes.
El poder, siempre el poder, y su cruel expresión como dominio de los otros es algo que pone excesivamente cachondos a muchos, casi me atrevería a decir que los lleva al paroxismo de la enervación sádica. Uno no es más fuerte por lo que tiene, sino por la diferencia respecto al otro, o lo que es lo mismo, por que puede mearle en la boca sin que aquél, usado como escusado, se revuelva y explote. Y si te jactas de ello en cahts o grupos de wasp, mucho mejor, que para eso tienes un móvil de última generación.
Así, insultar a Carmena, la alcaldesa de Madrid, amenazar de muerte a tu compañero “rojo”, adorar y rendir pleitesía a la bestias fascistas, proponer métodos de exterminio y planear actos terroristas contra medios de comunicación, son fundamentos de cerebros yermos de neuronas habitantes de las mismas ciénagas y cloacas que aquellos que impunemente violan a una joven, supuestamente hasta arriba de escopolamina, para que pierda su voluntad y no se defienda y graban sus hazañas para deleite de individuos de la misma calaña.
Pero además, al sociedad actual parece estar tan borracha de burundanga como las víctimas de una agresión sexual bajo su efecto. Más todavía, enferma. No reacciona ante los chorros de horror, la barbarie y la violación de los derechos humanos que aparecen día sí y día también en los medios. Si te agreden, roban,violentan... debes casi justificar tu inocencia porque, en el fondo, formas parte de la misma jungla de odio que dio cuna y amamantó a los machos de la manada que te agraviaron impunemente en un anónimo portal, oscuro rincón, y subieron a la red – hay que ser absurdos – su triunfo contra tu libertad ya vencida, copas y horas antes, por el efecto del narcótico.
“Que no cerraste las piernas con la debida fuerza...” “Ibas provocando por llevar escote, falda corta o pantalones ajustados...” “No te dolió la afrenta porque seguiste haciendo una vida normal...” “Es que, hija, lo ibas buscando...” Éstas y otras peores, que no deberían ni siquiera pensarse por execrables, son frases de marcado tinte machista, discriminatorio y vejatorio contra la mujer que se esgrimen en los tribunales en defensa de los que no se la merecen.
Y lo más triste de todo es la normalización que se ha obrado en nuestra cultura, el morbo de las imágenes, de los desquiciados datos sobre el feminicidio anual, de la creciente proliferación de grupos neonazis que actúan en la impunidad de un sistema que pretende esconder bajo la alfombra la basura acumulada durante años de dejadez institucional. Y eso, de alguna manera, amig@s, lo terminaremos pagando.

Herti Gutiérrez García