Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

lunes, 2 de junio de 2014

En un mal momento...!!!!

 Esa es mi humilde opinión. Independientemente que uno sea republicano o monárquico, Juancarlista, Bolivariano, anarquista o sumiso súbdito feudal y beba de la fuente que mejor sacie su sed, hemos de reconocer que el monarca que hoy se autoexcluye, ha elegido un mal momento para ello.
 Vaya por delante que no me esperaba que la primer columna del segundo año de vida de "L'Antropólogu Insensatu" iba a ir en esta dirección o pintar estas monas de pascua, en fechas tan intempestivas. Pero ya que estamos y la voluntad de este blog es la de dar la cara y una opinión honesta, no puede por menos que hacerla transparente. Como no me parece el momento indicado para ello, no me voy a decantar sobre la necesidad de sufragios en favor o no de la República o la Monarquía, que siendo tema importante, ahora lo es menos. Intentaré, por contra y no es poco, definir mi opinión sobre el mal momento que ha elegido el ya ciudadano Juan Carlos para quitarse la corona de su cabeza.
 Inicialmente nos topamos con uno de los peores momentos, coyuntura infiel, de la Historia Democrática reciente que destruye la imagen de las Instituciones Públicas por la mala gestión de partidos políticos y personas que las gestionan. Ningún representante de partido político nacional, de cariz histórico, aprueba en los sondeos de opinión, ni se acerca al alentador cuatro. La inoperancia de un sistema político obsoleto que santifica cuatro niveles de la Administración Pública en condiciones nada eficientes para las necesidades de los españoles del S. XXI. El olvido, adrede y sin excusas, de un modelo próximo al estado federal que verdaderamente se estila en los países que pretenden la justicia social y el reparto justo de los recursos sociales y humanos. Todo lleva a que se evite torear el miura de una realidad caótica y alardear en ello como si se tratase de una vaquilla a la que se le puede burlar echando culpas a diestro y siniestro de la desintegración de un Estado que todos parecen querer vender en saldo para llenarse la bolsa, sin pensar que después habrá otros homínidos - espero que más evolucionados - bipeando por esta penísula.
 Una retahíla de presuntos corruptos, y otros ya manifiestos que revientan las vergüenzas y el respeto de quienes los designaron democráticamente en las urnas, y que nos sitúan en el dudoso segundo lugar en percepción popular de corrupción. No en vano España es el país endémico de "La Picaresca", recordad al "Lazarillo de Tormes", "El Buscón" de Quevedo, "La Pícara Justina" o "El Pícaro Guzmán de Alfarache"
de Mateo alemán...
 Niveles de paro irreductibles que desembocan en la jodida - ya solté el taco, no te digo - realidad de que uno de cada cinco españoles estén al borde de la exclusión social; familias que no cobran ni un solo euro al mes y cuyo número crece exponencialmente...Datos, todos ellos, que nos alejan del Estado del Bienestar, como modelo de crecimiento sostenible en el tiempo y nos asemejan a las Repúblicas Bananeras...
 Por todo ello, la opinión de este humilde español es que la Institución Monárquica se ha autodecapitado en  el peor de los momentos. Esperemos que el resto de compatriotas no perdamos la nuestra y seamos sensatos en el pasaje más delicado de la historia reciente.

El ciudadano Juan Carlos expresa públicamente su abdicación.