Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

viernes, 20 de febrero de 2015

LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA COMO ELEMENTOS INELUDIBLES DE LA DEMOCRACIA VERSUS EL USO DE LOS NÚMEROS PARA SEGREG


Cuándo un humilde y simple profesor como el que emborrona esta columna intenta llevar la contraria y criticar abiertamente, aunque de manera constructiva, una Ley de Enseñanza, como la LOMCE, debe hacerlo sofitándose sobre las bases más sólidas que encuentre, cual enormes flotadores, ya que de no hacerlo así podría verse engullido por las turbulentas aguas del proceloso mar resabiadas por el tridente del dios Neptuno, a modo del Ministro Sr. Wert. En mi caso la comanda y provisión de estabilizadores surge del mundo de la Antropología. Pero antes de considerar aspectos sobre la política educativa patria es obligado hacer hincapié que tanto ésta como la materia que regula, la educación, con ser importantes solo constituyen una parte de la Cultura. Ésta interesa ser conceptualizada en sentido antropológico y, aunque es difícil empresa intentar llegar a una definición capaz de congregar todos los campos que abarca, podríamos describirla, siguiendo a E.R. Tylor como “esa totalidad compleja que incluye conocimiento, creencias, arte, derecho, costumbres y cualesquiera otras actitudes o hábitos adquiridos por el ser humano como miembro de la sociedad”. Y así los grupos humanos serían sistemas socioculturales, en virtud de relativismo cultural, igualmente válidos, respetables, defendibles y por ende, como la diversidad génica permite a los seres vivos evolucionar y adaptarse, las diferentes culturas humanas dotan a nuestra especie de la capacidad para adaptarnos a entornos ecológicos dispares con estructuras eficaces para proveer de recursos a sus todos sus miembros, a partir de una ideología y valores propios que deben siempre y en todo caso facilitar todo este proceso. De esta guisa, ningún pueblo ha de considerar su cultura superior a la de los demás, por que de ser así podrían obrarse discriminaciones sobre grupos étnicos, que no lo son por tener características físicas distintas sino por poseer variedades culturales dispares, o a delitos de lesa humanidad como los que saboreamos con repugnancia en algunos rincones del mundo.

A cualquier profano en la materia, no ultraortodoxo, le resultara sencillo comprender que el uso de instrumentos discriminatorios sobre “lo otros” - los distintos - , rompiendo el principio de alteridad, lleva a que éstos se sitúen en niveles de inferioridad simbólica a la vez que real y que es necesario dar un giro interpretativo para comprender las diversas instituciones de los pueblos, su origen y funcionamiento. Vamos lo que viene a ser no entrar como un elefante en una cacharrería.
En fin, como no se trata de hacer un tratado sobre Antropología Cultural, sino de proveerme de flotadores para la tempestad y los que me conocen saben que, desde parvulito, nado como Ian Thorpe, Alexander Popov o Michael Phelps vayamos a la batalla, a pecho descubierto y con la verdad en una mano y el corazón en la otra, como los trescientos espartanos de Leónidas. Inicialmente la LOMCE, como cualquier política estatal, basa su jerarquía en el poder colegiado de quienes la promulgan y mi primer recelo surge al no saber cuántos de ellos han cogido una tiza y se han manchado con ella; el Sr. Ministro impartió cuatro años Teoría de la Comunicación en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense algo que, si no posee mayor experiencia, se me antoja corto recorrido. Además, y derivado del postulado anterior, nunca una Norma puede estar por encima de la Cultura de una nación ni contradecirla porque dañaría los Principios Constitucionales y pondrá en cuestión nuestra Democracia.
Si entramos en harina, hay ciertos aspectos, considerados negativos por todos los colectivos de colegas de la enseñanza, que el Sr. Ministro parece obviar y yo pretendo citar aquí; a saber:
Promover o subvencionar a los centros que diferencien la educación por géneros solo lleva a segregar y marcar fronteras dónde no las hay, porque lo que importa es el concepto de Ser Humano y no las categorías masculino o femenino, si no queremos seguir sumando más de medio centenar de víctimas de la violencia de género en este país.
Las evaluaciones externas, para alumnos en la ESO, no estarían mal si sirvieran para potenciar y no para aparcar en vías muertas a los que no las superen. Claro pero establecer medidas complementarias a la linea central conllevaría gastos que no gustan a los adoradores de la Troika.
La rebaja a tres años de los grados universitarios, bajo la falsa propuesta de abaratar los costes de educación familiar es una tremenda patraña. Quién se quede en ese nivel verá reducidas las posibilidades para desarrollar su profesión. Dos años de máster obligatorio, se ofrecen pero tampoco garantizan nada en un mercado de trabajo asaz castigado y desprotegido. ¿Sabéis que en España los precios de un Máster son varias veces superior al grado? Y ¿ qué los nuestros son mucho más caros que los de otros países de la U.E.? No os preocupad; el Sr. Wert tampoco debe saberlo.
Finalmente; estoy firmemente convencido que tampoco interesa potenciar la enseñanza concertada - la privada sobrevive por sus medios - más allá de lo que le importa al gobierno la colaboración de la rama más conservadora de la institución eclesiástica. No importa la Educación, solo cierto tipo de aculturación que acompañe la ideología gobernante. Un pueblo que no conoce su cultura, porque el instrumento que sirve para ello esta viciado, está condenado a tener muchas dificultades.
 Y para qué seguir, solo indicar que si una de las patas que sustenta la competitividad de una nación, la Educación, se corroe nos convertiremos, si ya no lo somos, en un país con mano de obra barata, fácil de manipular y que solo vendería productos y recursos a bajo coste obligándose a comprar elementos procesados a uno mayor. Condenados a regalar nuestro patrimonio, lo que algunos llaman inversiones extranjeras, a precio de saldo por los siglos de los siglos...

miércoles, 11 de febrero de 2015

COSAS QUE CHIRRÍAN

Lo hace una puerta y una ventana o, mejor dicho, las bisagras que las sujetan al marco y sirven para que aquéllas se abran y cierren. Pero es algo que un buen lubricante soluciona sin problemas. Cantan los ejes de Atahualpa Yupanqui por que no los quiere engrasar. Cruje una silla, una mesa o un armario cuando su resistencia esta a punto de vencerse y romper. Pero no, no me voy a referir al efecto de la corrosión sobre los cuerpos ni el deterioro que éstos sufren ante sus inclemencias.
Hay cosas más importantes, infinitamente más, por ejemplo, la actividad política o de algunos políticos. Si ya resulta grotesca, de por sí, su aptitud y actitud en el día a día, más aún nos debe molestar cuando conocemos semeyas que aportan datos como los de la Red Europea contra la Pobreza, Desigualdad y Exclusión que han dejado a España, una vez más, y ya son muchas, “con el culo al aire”. A saber:
Casi trece millones de españoles – más del 27 % de la población – en riesgo de exclusión, de los cuales diez millones se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, tres millones en pobreza grave, lo que se llama eufemísticamente severa falta de recursos y otros cinco en exclusión social. A estos números hay que adosarles que, según Cáritas, un 34,3% vive en condiciones de clara vulnerabilidad. Por si esto nos parece poco doloroso, sabed que el 33,4% de los niños españoles está en grave riesgo de exclusión. “¿ Pa que seguir, no...?”
Y que decir si este informe se cruza con otros de bancos suizos referidos a ciudadanos del mundo que han aprovechado las mejores estratagemas de la muy innoble, aunque artística, contabilidad imaginativa. En este campo somos la duodécima potencia del mundo – en algo hay que destacar - con más de 2700 compatriotas alimentando las arcas de las entidades financieras del país del chocolate, Heidi, los Alpes y su flor de edelweiss.
Desigualdad manifiesta y creciente que arrasa con la clase media y así, a un lado los anónimos anteriores y al otro las tarjetas black, las dietas, los regalos... y allá en su frente no el Estambul de Espronceda sino la reingeniería contable de la casta Casa Real que mantiene el mismo montante global de presupuesto que en el 2014 aunque Felipe, el sexto, se haya bajado el sueldo y Cristina ya no sea miembro de derecho real, pero claro como el viejo Rey Juan Carlos cobra más que lo que rentaba el Príncipe anterior así se reequilibra la balanza.
Y ante tan dantesco panorama, los ciudadanos de esta país quedamos anonadados, más que boquiabiertos por las banales, antiestéticas y estériles dialécticas esgrimidas por nuestros representantes para solucionar el grave problema estructural en que sobrevivimos. ¿Para que reproducirlos en estas líneas? Me parece una pérdida de tiempo, papel y tinta, a la vez que mal gusto por eso os dispensaré de leer tales disquisiciones. Solo decir que no entiendo como en el meollo de la cuestión, en pleno festín de los galgos y los podencos, cuándo a la espada que pende sobre Damocles ya se le están deshilachando todas las hebras de las que pende, cuándo el lobo ya se ha zampado a la abuela de Caperucita a nuestros políticos solo se les ocurre lanzar dardos y salvas para destapar los corruptos, siempre presuntos, que habitan en las filas de la otra vía, la de enfrente mientras que en la propia cuecen “fabes a calderaes”. O cómo en una especie de paroxismo, casi orgasmo sexual, onanismo institucional se relamen maquillando datos macroeconómicos a su antojo. Dios mío como se puede suponer que se crean empleos estables cuando todos los informes del INEM, de la EPA o del INE demuestran que se gestiona un alta laboral para quien trabaja pingües horas semanales. Prometer hasta meter y después de metido nada de lo prometido, que decían las güelas de antaño tan curtidas ellas, sus cueros y sus almas por la pirámide conspicua del franquismo. 
Algunos osan dictar doctrina y de la necesidad intentan hacer virtud recomendando a nuestros jóvenes, casi obligándoles, a emigrar a otras tierras para trabajar y hacerse adultos, cuando deberían reconocer su fracaso y “ponerse las pilas” para conseguir que no siga la sangría de cerebros, capital humano cualificado que se nos está escapando entre los dedos y del que se aprovechan, a bajo precio, en otros países como por ejemplo la tierra de la diosa Merkel.

  Metrosexuales de la política; “y tú más”. Titiriteros del absurdo en debates sin salsa ni sustancia; “y tú más”. Líderes almidonados vacíos de convicción; “y tu más”. Diestros en el postureo, en la distancia, bustos parlantes al dictado de guionistas que no sirvieron ni dieron la talla en las series mas rancias de las cadenas patrias; “y tú más”. Amantes y compañeros ocasionales de quienes disgustan; “y tú más”