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jueves, 17 de noviembre de 2016

POBREZA ENERGÉTICA

La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha presentado, a mediados de 2016, su tercer estudio sobre la Pobreza Energética en España, según el cual, en el año 2014, más de 5 millones de personas se declaraban incapaces de calentar sus hogares en invierno. La serie se inició en 2012 y lejos de mostrar una tendencia descendente, como debería ser, lo hace hacia el infinito, como desgraciadamente es de suponer a tenor de los tintes mostrados por la evolución económica patria.
Para que el choque con la realidad sea más cruel y sobretodo para mancillar las vergüenzas de todos los que creéis – u os dejáis engañar – que la manida frase de D. José María Aznar “España va bien” es cierta, podéis analizar más datos del informe. Yo solo os los presento, que los tengáis en estima o no ya es cosa vuestra. Pero recordad aquello de que “cuándo las barbas de tu vecino veas pelar….”.
Los indicadores, recopilados para este estudio, indican que un 21% de los hogares españoles estaban experimentando condiciones asociadas a la pobreza energética en 2014. Un 6% de ellos - 2,6 millones de ciudadanos - destinaban más de un 15% de sus ingresos familiares al pago de las facturas energéticas, aproximadamente tres veces más que la media española. Finalmente decir que el informe también detecta grandes desequilibrios territoriales. Y no olvidemos que esta realidad se debe “adornar” con los más de trece millones de españoles viviendo al borde del abismo del umbral de la pobreza o los más de setecientos mil hogares que no tienen ni un euro que llevarse a casa. Sí, sí, tenéis razón los amigos del Sistema que musitando, entre dientes, pensáis que me repito mucho, pero igualmente montan el mismo bucle quienes oran el salmo cutre y soez que pretende relativizar la pobreza, en su conjunto, con el blasfemo eslogan de “¿en comparación con que país...Angola o Suiza…?” riéndose luego. Y eso, amigos y detractores míos, es mucho peor y asaz cruel por que deja, a quienes lo rezan, como alfeñiques, que deberían pasar hambre de verdad, tanta como sufren los niños en el cuerno de África a los que se les hincha el abdomen por la inanición. En fin, “ye lo que toca”.
Siendo como es la situación terriblemente tenebrosa, lo kafkiano del tema es que solo cuándo ocurre una desgracia como la tristemente acaecida hace unos días en Reus en la que una anciana, a la que se le había cortado la energía, hacía meses, murió calcinada en un incendio provocado por la vela que utilizaba para darse luz, ni siquiera para calentarse. Claro ahora sí, en éstas es cuándo las Instituciones, “politicastros” y figurones de cartón piedra salen a la palestra a lanzar eslóganes solidarios para quedar bien más que nada. Mientas, cuándo todo obraba anónimo, más oscuro y gélido que la vivienda de la infortunada mujer, o como la de millones de compatriotas en invierno, nadie quería saber nada del tema. Salvo y exculpo en mi queja las honrosas excepciones de Cruz Roja, Cáritas y otras ONGs que pintan la cara cada tres o cuatro días de los ministros del momento, rojos o azules. Sí, estos mismos que parece pasan el tiempo libre jugando al FIFA, PES o videojuegos similares y que nos hacen intuir que solo conocen la realidad virtual, no la que sufren sus compatriotas.
En estas circunstancias saltan, como dardos envenenados, cruces de reproches entre la empresa que cortó la luz, los Servicios Sociales que no estuvieron al loro y hasta se ve salpicado hasta el pobre párroco que no pidió a Dios lo suficientemente por ella. Solo faltaría que se le incoara a la fallecida un expediente sancionador por haber encendido una vela en casa incumpliendo la reglamentación y normativa ciudadana de seguridad e higiene en el hogar. La vergüenza más vil.
Y como todas las monedas tienen cara, siendo su cruz la que soportan los los exiliados del modelo, en el envés de la miseria y como dónde hay pelo hay alegría, los Bancos vuelven a tener beneficios, tras meses de “sanear” sus estructuras. Es decir que ganan “pasta” dejando trabajadores en la calle y cerrando oficinas por doquier, después de que unos y otras les hubieran servido para llevar a cabo sus oscuros objetivos en tiempos de bonanza. Sí, esa época que algunos aún rememoran y pretenden recuperar, conocida como la de la especulación y sus hijas las burbujas económicas, que nada tiene que ver con las de champán o cava navideño que unos gozan mientras muchos no pueden más que ver por la tele. En esta nueva espiral de triunfo bancario nacen imitadores de “mariosconde” y se derrumbará otra vez por efectos de otras crisis, igual que la anterior y la que la precedió hasta el origen de todo mal, el Crack del 29. Es posible que se adoren a los nuevos “magos de las finanzas”, que seguro darán con sus huesos en la trena. Pero, en este paroxismo sexual, a ninguno de todos nuestros representantes se le ocurre exigir, a esos mismos Bancos, que paguen parte de ese 95% de ayudas públicas que recibieron y nunca se recuperarán. ¡ Jo calla…! No sea que se mosqueen y no financien campañas o guarden en la nevera puestos de consejeros para el futuro.
Y ya nada que decir de crear bonos energéticos en el país donde los ricos lo serán más y los pobres también, pero míseros. En fin, nuevamente deberíamos sentenciar como loa clásicos “Carpe Diem”, al menos mientras tengamos vida y alma para reivindicar.


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