Gracias Maestro....Un honor....!!!

J.W. Fernández a la izquierda durante la ponencia.

Esta gris tarde de martes, lluviosa, fría como parida justo pa despedir el invierno, largu n'estes tierres Astures, más de medio centenar de afortunad@s, en su mayoría antropólog@s, tuvimos la suerte de aprender mucho, y de manera amena, del ponente James W. Fernández, sobre una Ciencia Social, poco conocida para los profanos quienes generalmente nos encierran en el mundo de la antropología forense "Porque...Eso...sois los que estudiáis eso de los "güesos", no?" y que en realidad analiza la Cultura, sus usos, creaciones, recreaciones materiales y simbólicas. Durante más de hora y media, el Profesor disertó sobre su Historia de Vida y cómo ésta lo trajo a Asturies, la tierra de sus antepasados - él nació en Chicago en 1930 -. "Una vida entre vidas".
La realidad como resultado de ilusiones y símbolos, la existencia de una identidad física y emocional, relacionado todo con un carácter de grupo étnico que refiere a la forma y manera que ese colectivo usa para "organizar la diversidad" en un entorno ecológico, que a menudo comparte con otros.
La existencia de "dominios experenciales" en los que los animales sociales, que somos todos, usamos unos códigos de comunicación, conducta y simbólicos para interrelacionarnos. Y todos los tenemos, aunque no nos demos cuenta; por ejemplo la cocina de casa - arena de simbolismo y juegos de relación y magia en torno al fuego del hogar, por excelencia - el lugar de trabajo, el "chigre" - qué decir si tien bolera, como n'Asturies -, con la "partía de mus o tute" o poker pa los "anglos", la "güerta", el gym, la disco... A qué os suena, algo al menos...?? Todos campos de actuación y de léxico.
En fin solo dar as gracias a ASAPE,  al Muséu del Pueblu Asturianu y a tod@s los que han hecho posible que una tarde lluviosa, en el invierno del propio invierno, un@s cuant@s afortunad@s hayamos conocido la persona, cargada de humanidad, de un referente de culto para tod@s los antropólog@s de Asturies...
Un verdadero placer, y más allá, un honor.