No voy a disertar sobre capacidades, volúmenes, moles, continentes o
recipientes que pueden albergar al líquido elemento. No, la cosa es
más seria que todo ello y pude ser el principio de graves problemas
para ciertas etnias y colectivos sociales que habitan en esto que
llamamos mundo. Incluso que algunos pretendan descongelar los
casquetes o criogenizar las nubes a su gusto y el de sus intereses
económicos. Pero entremos en harina o en este caso en el H2O.
Hace unos días, una ex-alumna me pidió consejo y bibliografía
sobre, en sus palabras, “¿Por qué el agua se podría convertir en
un bien commodity?”. Después de agradecerle la confianza, le dije
más o menos lo siguiente:
Buuuffff – aquí vendría su nombre pero, por protección de datos, os lo inventáis -. Eso es una "milonga" que se sacaron de la manga algunos "figuras" para arrancar pasta debajo de las piedras en el desierto. Todo puede ser susceptible de "entrar" en bolsa. Recuerda que en abril de este año los futuros del petróleo tuvieron precios negativos. Te daban pasta para que te llevases el crudo de los depósitos de la West Texas Intermediate (WTI) por que tenía que llegar nuevo y no había espacio para él. Algo increíble en la historia de la economía, como si pagásemos por que nos diesen una paliza. Bueno, viendo lo que se ve, nada es raro... Fíjate, si se ponen a ello, hasta puede ser susceptible de cotizar en bolsa la marmota de Punxsutawney...!!!
Queridos lectores, que el agua empiece a cotizar en el mercado de futuros como el petróleo y el trigo tiene, a mi juicio y a bote pronto, dos efectos perversos inmediatos, amén de perder la tipología de bien o recurso público a cuyo acceso todos debemos tener libre acceso:
-
Primero, "El traje del rey" este efecto lleva a que los "expertos" - en mi argot, jetas - se las ingenien para sacarle la pasta a los pequeños ahorradores. Recordad lo ocurrido con las “preferentes” y las “subprimes” en la primer década de este siglo y como los jubilados perdieron sus ahorros por perversas sugerencias de banqueros sin escrúpulos. En pelotas como el rey del cuento.
-
Segundo, "Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno". Si el agua se transforma en "bien commodity" sería plausible realizar sobre su oferta mundial todo tipo de "reingenierías" para variar su precio, lo que a la larga podría suponer que colectivos con graves situaciones de acceso a este recurso se vieran fenecer precisamente por quedarse sin él. ¿Todo frenético, no?. Pues jodidamente real.
Corolario final. O se establece una legislación universal sobre lo qué puede o no ser susceptible de mercar o las novelas más distópicas como “1984”, “Farenheit 451”, “Un mundo feliz”, etc pueden ser más que cruda realidad.
