Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

miércoles, 29 de octubre de 2014

JUSTICIA POÉTICA, EL DIEZMO A LA LÍRICA

Pedir perdón es una frase que bien podría titular y ser la cabecera en la primer estrofa de la canción del gran Miguel Bosé “Morir de amor” que sigue “... despacio y en silencio sin saber si todo o que hago te llegó a tiempo...” Así, tan vano como este mea culpa, se reflejan y revelan las condiciones en que aquél es clamado, porque nace y se obliga, como el aedo que lo canta, susurra de la fuerza de la crispación e indignación popular y, como los mentideros institucionales musitan o los medios de comunicación claman, por el requerimiento de los santos barones de un partido que además de sustentar al gobierno de esta, casi ya, república bananera teme como todos los demás integrantes del espectro político nacional a la iniciativa ciudadana que representa una figura nueva y ambigua en el contexto internacional, porque traspasa nuestras fronteras, que no es otra que Podemos, alternativa casi personalizada en Pablo Iglesias y las espadas envainadas de Monedero, Errejón y Bescanza, una vez apartado el otro Pablo, Echenique, en el cenit de su primer cisma.
¡Vade retro Satanás...! Deberíamos decir los españoles ante el ataque de los corruptos, huestes de Belcebú escapadas de los infiernos, cual ejército de las tinieblas, que nos atormentan y tientan con becerros de oro a cambio de un alma pútrida mil veces por tanta desidia y despropósitos mundanos. Y yo me pregunto ¿no sería más honrado asumir una crisis de gobierno ante la fractura institucional que nos reseca las meninges y convocar elecciones anticipadas?. Ah, no perdón, “ye verdá”, que este ataque de sinceridad y honradez no conviene a nadie porque si unos tienen miedo al color púrpura de la coleta proscrita de Podemos tampoco a esta coalición le apetece porque aún no puede lanzarse a la lucha abierta sin tener pertrechadas las naves.
Y mientras tanto, tras el fragor del “y tú más” y el regodeo de la Europa civilizada, según los últimos datos de Cáritas, uno de cada cuatro españoles lo está pasando auténticamente mal, con más de quinientas mil familias sin ningún tipo de ingresos y todavía superado un 25 % de desempleo, aunque algunos ideólogos afines al gobierno se cuestionen estos datos y hagan cábalas en referencia a comparaciones con otras naciones o cuestionando los estudios de profesionales de más de veinte universidades españolas. Y así, en un nuevo giro de tuerca, más cabrón y mezquino que todos los anteriores, si cabe, en algunas tertulias, incluso de las televisiones más críticas con el Sistema, ciertos librepensadores buscan hacer encajes de bolillos y en soliloquios que ni ellos se creen, nos pretenden fundir las pocas neuronas vivas que nos quedan y sentencian ¿Pero esos estudios de dónde vienen...? ¿En comparación con que países estamos mal, con Eritrea o Dinamarca...? Claro todo es comprensible cuando ya sus colegas políticos se encargan de retocar los estimadores de referencia para redefinir umbrales de pobreza y necesidad, dando las siguientes claves: Cómo el salario medio se ha reducido, de la misma manera, el indicador de alarma para definir necesidad, deberá hacerlo también...Jo, que buenos son y se creen; y se quedan tan anchos, oye. Misma atrocidad que pensar que si el indicador de alerta sobre la violencia de género está en que una sola mujer lo pase mal, la dinámica de que varios canallas asesinen todos los años, en España, a más de cincuenta mujeres implique que ese umbral se estime en ese medio centenar...
Y cuando todo falla, porque aún no dio tiempo a que los despropósitos educativos arrasen con los sustratos culturales, queda la manida “herencia recibida”, tan sumamente torpe escusa como la de la suerte para los ladrones y toreros malos, que decía el filósofo. Hora es de olvidar los legados mesiánicos y calzarse las espuelas para empezar a funcionar.
Y así, en este contexto nacional y patrio, en el que se desvían las intenciones y necesidades disciplinares hacia fracturas geopolíticas como si fuesen placas tectónicas, hacia las entregas de trofeos a las “patas negras” del fútbol nacional, en galas de alfombra roja, donde se crea poesía sobre el fin de ciclo en el Barça o su rendición de Breda ante el Real Madrid, qué si la abuela fuma marihuana o tabaco en pipa de caoba, si son galgos o podencos, si eres de facebook o instagram, te fundes en el twiter o amas las fotos de color sepia, en todo este maremágnum de sinrazón, permitidme que le diga al Sr. Rajoy lo mismo que le conté, en otra columna en este mismo diario, a finales de agosto, pero multiplicándolo por mil veces y cien más. Y así decirle D. Mariano, no le creo pero esta vez no lo siento; y tampoco me trago las “películas” que se montan todos y cada uno de los imputados en la prensa reciente. Y sepan que lo que de verdad me jode es que se rían de todos los españoles, se apriete el cinturón del ciudadano con furor sádico, se tilde a los funcionarios – yo no lo soy - de inútiles, tanto al que usa un fonendo, un ratón de ordenador, una escoba, una tiza o un tolete y por ello, a partir de la premisa de falta de eficiencia, se pretendan externalizar sus funciones en empresas privadas que son más eficientes. Y una p...como una olla, cuando se privatiza, casi siempre en la empresa de un colega -como cantan los sumarios – hay carne que se queda en las pezuñas del regente de turno y eso es lo que hay que investigar, desde la justicia poética...