Iguazú: Patrimonio de la Humanidad

miércoles, 9 de octubre de 2019

DESLOCALIZACIÓN, CAPITALISMO SALVAJE, DISLOQUE NEOCON


Hola amigos, comienzo esta columna utilizando “palabros” de moda que emplea hoy en día todo político que se precie. Los usan por que en mítines y ante los medios queda bien, sobretodo si al hacerlo el pose se condimenta torciendo el ceño y se pone cara de estar estreñido o con dolor de estómago. Aunque, en petit comité, os diré que uno de L’Entregu, como yo, duda de que sepan exactamente de qué rayos están hablado. Si fuera por convencimiento, las críticas al Sistema ya se habrían descolgado por sus bocas, esputadas desde el alma, hace cientos de lunas. Pero no, por aquellas solo charnegos, amputados traumáticamente del cuerpo social, osábamos decir que este modo de hacer economía nos iba a llevar a la chingada madre. Y sí, amigos, ese es precisamente el lugar, para nada idílico, al que seremos aventados. Por contra, hace una década, en tiempos del virrey del carbón y de los señores del beneplácito puño sobre la mesa era políticamente incorrecto y pernicioso para la salud sacar los pies del tiesto. Si lo hacías, los pretorianos te susurraban, a voces: “Nun sabis con quien te la tas jugando, rapaz. A ver si vamos tener que frenate en seco”. Y sí, claro que los sabíamos... Pero el compromiso con la justicia social era mas grande que las patadas en las tripas que te podían caer.
La solución nunca fue lamerse las heridas, rendirse y, montado a los lomos de un asnillo blanco, correr hacia las huestes del virrey gritando aquello de “Con vos y Dios nuestro señor”. Lo que más jorobaba era, en cambio, seguir firme proponiendo desde la Academia y el trabajo de campo, de varias disciplinas científicas, soluciones que a ellos no solo les venían muy largas sino que además no les interesaban.
Ya en nuestros días, como el virrey ha sido abdicado y se estilan desde el horizonte patrio estéticas de belleza masculina de gráciles y graciosos movimientos, el paradigma cambia. Trajeados deportivos, barbas comerciales para imponer lo que por aptitud se detecta carente, parafraseados que cambian de dirección y sentido según gima el viento, brindis al sol montera en mano, cremas exfoliantes para suavizar la dureza de algunas jetas, cambios de cromos repetidos cientos y miles de veces… Pero no, aún hay más versiones. Quedan aguerridos políticos que se aman a si mismos con frenesí y no necesitan potingues ni ungüentos. Excelsos como áureas figuras del Olimpo que pretenden diferenciarse de la chusma con señas identidad propia. 
Y para lograr sus fines, Tirios y Troyanos creen que nada mejor que introducir en sus discursos gentilicios, epítetos, movimientos de ceja y de cadera, rodearse de palmeros atractivos - ¿no hay feos en España?- y vencer a toda costa aunque no se convenza. La carrera por el asiento comienza, ya suenan los motores y todos quieren merecer.
Sí, claro que el Sistema Neocon nos la está jugando; pero desde hace mucho. ¿No se habían dado cuenta?. ¿Qué la deslocalización desertiza áreas antaño prósperas?. Por supuesto. ¿Tenían anteojeras para no verlo?. La clase media desaparece y la desigualdad es cada vez mayor. Pero eso ya lo habían vaticinado unos “desconocidos” hace casi dos siglos. El primero, Carlos Marx y el otro, Federico Engels, allá por 1848, en “El Manifiesto Comunista”. ¿Lo habrán leído los que ahora cortan el bacalao?. Por si alguno no lo hizo, conozcan que nunca se habló de matar a nadie, eso es cosa de estúpidos que ni siquiera saben que, en esencia, era un aviso a navegantes en la adolescencia del Sistema Mundo.
Estas son las copas y entremeses que sirven los cuatro jinetes del Apocalipsis, camareros del Sistema. Por cierto, recordad que en los aquelarres de los amos del mundo, a veces, son invitados, para amenizar los intermedios, politiquillos jubilados usuarios de puertas giratorias. Pero claro, nun me hagáis mucho casu, tampoco es políticamente correcto hablar de ello. Vale más dejarse encantar los oídos por nuevas “cosamochas” descendientes de aquel “Petromocho” que nos dejo sin aire. que nos propongan nuevas inversiones millonarias para engrosar la lista de los no-nacidos o muertos antes de tiempo paridos de los Fondos Europeos que, antepasados de los presentes, gestionaban sin juicio y con prestigio. En fin, en la Historia, como en la histeria, las recaídas son frecuentes.