En 1964 el gran Quino sacó al mundo una tira cómica, cuyo protagonista Mafalda, era la irreverencia personificada. Nadie se escapaba a su ácidas rebeliones, a sus dardos afilados en forma de ingenuas frases infantiles... Y eso les jodía mucho, como ahora.
Hoy cincuenta años después, sin artrosis, ni menopausia, y con la misma sonrisa ingenua e inocente de quien no entiende lo que ocurre a su alrededor, la pibeta ha venido a Asturias; y esperemos que para quedarse.. ¡Qué bueno que viniste...che...! Porque en un país que nada entre bolsas de mierda, de corrupción presunta y manifiestamente demostrada, poco a poco. En esta tierra sin alma, se necesitaba un faro de cordura que "cantara les cuarenta" a quien se llevara los oros, pagara sus copas con recursos ajenos y dejara espadas y bastos como manduca para los demás desastrados compatriotas.
Así cuando lo que importa es ser íntegro, en esa tierra de pícaros de leyenda, donde fuimos capaces de hacer de este género no solo estilo literario sino también modo de vida y muerte; aquí ahora ha llegado Mafalda y Dios quiera que con Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, Guille y como no Libertad, la última en unirse a la troupe para desde el banco en frente del estanque de los patos del Parque San Francisco, cerca de donde estaba la Petra, vigilar a los malos de la peli...
Porque ...
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