...Sátrapas,
criminales, genocidas o al menos estúpidos advenedizos insolidarios.
¡Yo os maldigo!. Cómo diría el coronel George Taylor arrodillado,
clavadas sus rodillas en la arena, ante la estatua de la libertad, en
“El planeta de los simios”. Lo vais a conseguir.
Ni
siquiera hemos terminado la primer quincena de julio y los rebrotes
causados por el CoVid-19 se hacen alarmantemente preocupantes. Y
todavía queda San Fermín. Focos en casi todas las Comunidades
Autónomas y aumento de muertes no parece que hagan entrar en razón
a quienes se saltan las normas de distancia social, deambulan entre
copas y saraos nocturnos, sin mascarillas ni vergüenza. ¿Se creerán
inmunes?. O sencillamente son tan estúpidos que les importa una
mierda contagiarse y portar al asesino silencioso a sus casas para
que se lleve por delante a sus mayores. Fiesteros, sin escrúpulos,
de cualquier edad, condición y procedencia que juegan a la ruleta
rusa no solo con sus vidas sí no también con las de los demás. Y
yo me pregunto. ¿No es hora ya de sancionar duramente estas
conductas?. Desde mi punto de vista es lo mismo que un “Kamikaze”
por una autopista, en dirección contraria y cuadriplicando la tasa
del alcoholemia.
Pero
claro, como en este momento histórico el “Neocon” triunfa sobre
la doctrina del estado del bienestar, disfrutan de un estatus de
impunidad que impide ejercer la contundencia de la Ley sobre estas
prácticas delictivas. Por que vivimos la era de la Postmodernidad
que habita en un mundo gobernado por los peores dirigentes políticos
de la Historia. Los mismos que niegan la crudeza de la pandemia y
entierran siniestramente y a lo zorro a las decenas de miles de
muertos en esquinas de sus fronteras. Mejor no hablar más de ellos,
por decencia
Y
¿qué pasa en España?. Pues más de lo mismo y así se niega la
mayor. La lucha no es contra el “bicho” sí no por mantener
mayorías políticas por encima de la razón y la necesidad de los
ciudadanos. Y tontos nosotros, defendemos con furor slogans que solo
buscan perpetuar el statu quo de una “casta” que existe y se
extiende por Cámaras y sus cohortes. Y quien no juega al “juego”
es apodado “capitán a posteriori” por unos, los del adverso, o
“agorero” por los del reverso de la puntiaguda hoja de estramonio
de la patria. Ser políticamente correcto supone aceptar que se
confinó en el momento justo y que la desescalada es la mejor
posible. También existe la versión del envés que implica atacar
todo lo anterior. Pero ay mísero de ti, ay infelice si planteas que
el confinamiento debió hacerse tiempo antes, independientemente de
la manifestación del 8-M y de la orgía mediática de VOX en la
misma fecha y otros eventos. Había indicadores que alentaban a ello,
por ejemplo deberíamos haber leído los datos de China y sobretodo
los más próximos de Italia. Pero claro, fútbol es fútbol y
anatema sería suspender las ligas o la Champion, focos de brotes
activos en el tiempo. Y que decir si consideras que la desescalada es
acelerada y motivada por superponer poder económico a seguridad
sanitaria. Qué se lo digan a los trabajadores del sector que se
agotaron, enfermaron e incluso murieron por cuidar a los contagiados
en los peores momentos de la pandemia, contra recortes y sin recursos
para protegerse. Precisamente ellos que son los que verdaderamente
saben y a los que menos se escucha y más ningunea.
Un
momento histórico en el que los hijos de iza se aprovechan del
desconocimiento y la ferocidad del virus para hacer el agosto
vendiendo artículos fraudulentos a precios abusivos y los malos
políticos utilizan los datos de muertos y contagiados como armas
arrojadizas contra los rivales. Mal ejemplo me barrunto ante un
entorno que importará, sí no lo ha hecho ya, prácticas “made in
USA” como las de las “Covid-Parties” en las que el premio se lo
lleva el primer hijo de rabiza que se contagia. Luego nos quejaremos
si vuelven a confinarnos o nos toca de cerca la crudeza del CoVid.
Pero vosotros, los que os saltáis las normas, seguid tranquilos.
Danzad, danzad, malditos; en el pecado llavaréis la penitencia.
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