domingo, 1 de junio de 2014

¡Primer aniversario....

...en la vida del Antropólogu insensatu...!




 Hace un año, el 31 de mayo de 2013, creo que una tarde de viernes, después de estar vigilando en un examen, quizás madurando la idea durante el transcurso del mismo, vigilando para que l@s alumn@s no copiasen y absorto en las necedades, atrocidades y anatemas que nuestros compatriotas sufren, pero sin tenerme por un superhéroe ni mucho menos, después de todo esto que no era poco, me decidí a "tirar de bitácora" y emplear algunos ratos de mi vida en subir ideas, artículos y todo aquello que me pareciese pudiera servir para mejorar un poco la vida propia y de los demás. No quiero, ni puedo ovidar a Casimiro Palacios, Casi, que con su insistencia, durante años, me conminaba una y otra vez a ello. Además este blog es hermano menor de las secciones "El nido del Fenix" y "En el corazón de las tinieblas" que amablemente me había cedido en el suyo.
 Mirando hacia atrás, durante todo este año, puedo decir que nunca fuer la vanidad lo que me movió a parirlo y escribirlo; de hecho ciento y mil veces habría dejado varado en el olvido este blog, de no ser porque el registro de visitas demuestra que lo que en él escribe "esti insensatu economista y antropólogu" puede resultar cuanto menos interesante o entretenido.
 Nació con muchos defectos, tenía pocas fotos estaba mal estructurado y desangelado...Torpemente dibujado a hachazos como el personaje del pistolero que lo encabeza y que Sergio Leone modeló adrede con rasgos bastos. Y mirándolo críticamente poco a mejorado, "el probe". Como ejemplo hace unos días los amigos Alejando de Ancos y Patricia Suárez me aconsejaban sobre el tipo de letra y color que mejor quedaría en "L'Antropólogu insensatu". Prometo mirarlo.
Así llegó a la ciudad Internet. Y poco a poco, amartillando mis dedos sobre el teclado, que no en el gatillo de una pistola a sueldo se fue haciendo un espacio, espero que respetable en el cibermundo.
Hoy, más de 4800 entradas después, sigue teniendo la misma vocación de tribuna ciudadana, no porque mi voz ni mi palabra tengan esa importancia, sino porque está al servicio de todos los que quieran colaborar en él, profundizando en los pozos y fuentes, cada vez más lejanas, para buscar sabiduría conocimiento desde el respeto al ser humano...
 Y así seguimos, al menos, de momento...Orgulloso de haber aguantado un año. Esperemos pacientemente, aunque diligente, que sean más.

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