viernes, 19 de enero de 2024

¡DAVOS CUENTA, DAVOS PRISA! - 2024

 

Estos días, se celebró en Davos, ciudad suiza, en el cantón de los Grisoles, una cumbre más del Foro Económico Mundial, fundado 1971. Bajo el lema “Reconstruyendo confianza”, más de 2.500 líderes políticos y empresariales, de 120 países, se reunieron entre los días 15 y 19 de enero. La agenda oficial presentada, con algarabía y fanfarrias ante la opinión pública, hacía hincapié en objetivos tan ambiciosos como la búsqueda de la paz en el mundo, frenar la inflación y la cooperación internacional entre agentes públicos y privados. Todo para el bien de la humanidad, claro. Ovaciones y aplausos, por favor… ¡Vale… Hasta aquí, ya fue suficiente!

Concedido el reconocimiento, breve y pingüe, que se merecen todos los esforzados actores del evento, hora es de destripar, en pedazos y partes, como haría “Jack”, lo que realmente se cocina en esos fogones. Y no quiero estacionarme en noticias que, tras cada evento, denuncian el uso de más de 1.500 aviones privados para transportar a tan egregios personajes; flota que, por cierto, poluciona “lo que no está escrito”. O que, supuestamente, profesionales del sector “servicios de relax” hayan tenido que afanarse en hacer horas extra, para desatascar contracturas y tirones, a los protagonistas, producto de horas de poses forzados ante las cámaras.

Porque estas y otras revelaciones, como los líos de almohada y cama, son mamparas y cortinas de humo para esconder los aquelarres que realmente allí se obran. Y malgastar nuestra capacidad de reflexión y juicio racional en tales sucesos es lo que el Globalismo pretende. En cambio, tenemos que esforzarnos en comprender e interiorizar los mecanismos y las encrucijadas a las que nos enfrentamos en el convulso mundo actual.

Por ejemplo, entender que algo oculto y perverso hay tras la propuesta de calificar como peligrosa y dañina a la Inteligencia Artificial y así restringir su uso. Por contra, la I.A. debe ser considerada la fuente de información global capaz de resolver los problemas, que penden sobre la humanidad, con una celeridad no imaginada hasta ahora. Este planteamiento integral, agregado e inclusivo, evitaría que definitivamente termináramos convirtiéndonos en corderos sumisos en vez de seguir siendo gatos libres e independientes. Pero evidentemente eso, al Sistema Neocon, no le mola. Por cierto, tenía ganas de hablar de la planificada metamorfosis de felinos en lechales; quizás en otra columna. Eso sí, antes que nos injerten el chip, en el cerebro, que en cada edición nos prometen.

Sigamos analizando su dogma con más metáforas como la de la “vaca esférica”. Atemorizar a la población con una distópica enfermedad “X”, el agotamiento de recursos o el fin de los tiempos, se me antojan maniobras ruines y chantajes propuesto por los “amos del mundo” y voceados, por sus siervos, en foros anuales. Y no olvidemos que muchos de estos vasallos, otrora en la lucha callejera, hablaban de castas o de eliminar instituciones obsoletas, como el Senado. Y que hoy, como lacayos, comen sobras y migajas, residuos del magno festín de sus dueños, en la mesa de domésticos del Sistema.

Luego, de regreso a sus moradas, exhaustos, pero con la satisfacción del deber cumplido a sus señores, dedicaran horas y días en lamerse las heridas y prepararán la próxima cita; no sea que alguien les quite el collar.

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