Un
domingo cualquiera, si eres afortunado, podrás escuchar a más de
cincuenta mil gargantas gritar al cielo de Anfield “You’ll
never walk alone”. Himno, de amor más que de guerra, de
reconocimiento y gratitud eterna de la afición de los “Reds” a
su Liverpool en la Premier inglesa. Traducidas su primeras frases,
bizarramente, por uno de L’Entregu y del Sporting, vendría a ser
algo así como: “Cuando caminas por una tormenta mantén la
cabeza en alto. Y no tengas miedo de la oscuridad. Al final de la
tormenta hay un cielo de oro y el canto de plata de la alondra...”
Se
me ocurre rescatar este canto ante la difícil situación de los 111
compañeros de Vesuvius Langreo y la cruel deslocalización de su
empresa. Triste destino que se repite en demasía en nuestra historia
– histeria – reciente. Y ojo a lo que pueda ocurrir con Thyssen,
Bayer y compañías varias.
Pero
hagamos memoria. Corría 1989 cuando Cookson con ayudas públicas
instala su planta el polígono empresarial de Riaño. ¿Os acordáis?.
Suelo industrial a mansalva, planes de renovación para recuperar la
mano de obra que se desangraba de la minería. Esperanzas y promesas
de amor violados por el mercado, la U.E. y la prepotencia y
corrupción, judicializada, de muchos líderes políticos cuyos pies
de barro y bolsillos sin fondo servían de base para su insaciable
sed de pasta, poder y, como la extracción del carbón se debía
reducir, aprovisionamiento de madera para su hoguera de vanidades.
Pero
recordar sus malas artes y los fracasos que ocasionaron describiendo
décadas de sinrazón y el consiguiente sufrimiento para miles de
familias, solo sirva para que sus egos se vean espoleados hasta el
infinito y más allá, aunque estén a la sombra.
Por
contra es el momento de tomar medidas para que nada se vuelva a
repetir, que los castillos no sigan construyéndose en el aire; que
nuestros políticos sean honestos y claros con sus proyectos so pena
de cárcel si se demostrara mala fe, dolo o corrupción. Y más aún,
todos debemos exigir el freno a la destrucción de empleo y actividad
en las Cuencas y Asturias. No solo por que la pérdida de población
derive en una reducción de concejales, diputados y “politicables”
diversos ; si no por que el futuro, el nuestro, depende de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario